besos que curan ; dani ©

10 | ¿Donde esta?

NATALIE

— Que pizza... — digo agarrandome el estomago.

— ¿Estaba rica no? — pregunta Dani y yo asiento — se nota te la morfaste toda.

Le tiro con una servilleta.

— Callate gordo — digo riendo.

•••

— Voy a baño y nos vamos — digo y dani asiente.

— Te espero — me da una sonrisa — banca veni...

— ¿Que?

— Dame un beso.

Me acerco, dejo un beso corto y el hace puchero.

— ¿Tan corto? —pregunta.

— Después hay mas.

Le doy una sonrisa pícara y el ríe.

— Te espero bonita.

DANIEL

Miro la hora de mi reloj y ya paso veinte minutos.

¿Y nat?

Llamo al mozo y le pago la comida.

Ya pasaron 10 minutos mas.

— Fue — digo y me levanto para irme al baño de mujeres.

Justo una señora sale y la detengo.

— Señora — ella me mira con una sonrisa — ¿Me hace un favor?

Ella asiente.

— Si hijo.

— ¿Puede fijarse si ahí adentro esta una chica morocha de estatura chiquita? — le pregunto.

Ella asiente y unos segundos después vuelve a salir.

— No mi amor... ahí adentro no hay nadie.

Mi corazón empieza a latir fuerte.

¿Donde esta?

— Gracias — me digo y empiezo a buscarla en todo el restaurante.

Me doy por vencido y la llamo al celular.

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro.

Y contestador.

Intento unas 20 veces mas y también le mando mensajes pero no contesta y los mensajes no le llegan.

Llamo a Dam.

— ¿Dam? — pregunto.

— Si dani ¿que pasa?

— ¿Estas en casa?

— Si — me dice — ¿Por?

— ¿Esta Nat?

— No enano — me responde — ¿Que paso?

La desesperación se filtra en mi sistema.

— No esta Dam... no esta...

— ¿¡Que!? ¿como? ¿como que no esta? — pregunta desesperado.

— Terminamos de comer, se fue al baño y no volvio mas, la busque en todos lados te lo juro — mi voz suena apagada — Dam... ¿Donde esta?

— Tranquilo Daniel — dice — Ya llamo a todos para ver que intenten llamarla o para ver si estan con ella.

Me subo al auto y comienzo a manejar.

— La voy a buscar por todos lados — le aseguro.

— Tranquilizate la vamos a encontrar — me dice y yo giro a la derecha — Llamame si pasa algo.

— Vos igual — le digo.

¿Donde estas Nat?