- Ignacio, quiere verte - Mariana habla como si tuviera miedo de la respuesta.
- No quiero verlo - Digo seria.
- Bretta! El ha estado aquí esperando por verte - Mi corazón palpita de prisa seguro es la culpa que no lo deja en paz.
- Esta bien - Sale y después de unos segundos Veo a Ignacio perfectamente vestido, mi corazón se congela, y muchos sentimientos me invaden, el dolor es palpable y me pican los ojos por llorar me duele y mucho esta sensación.
- Bonita, como estas - Se sienta en la cama a mi lado y me doy la vuelta no quiero verlo por que se que voy a llorar.
- Bien, Ignacio no quiero verte -
- Tenemos que hablar sobre lo que paso - siento la fuera carcomiendo mi ser.
- No, Te acostaste con esa mujer - decido encararlo y lo veo a los ojos, parece dolido.
- Bretta -
- No, Ignacio nomas! Jugaste con migo - Mi voz se quiebra. - Me usaste! Aprovechaste de mi amor, y a las primeras de cambios vas y te acuestas con otra - Las lagrimas empiezan a salir me duele mucho me pesa - Nunca! Alguien me había hecho tanto daño, cuando por fin conozco el amor vas y me arrebatas de un golpe todo - Odio llorar por el odio sentirme de esta maldita manera tan frágil y dolida. - Quiero que te vayas no quiero verte no más sufrimiento no más! Porfavor -
Por fin me dan de alta, puedo irme a casa no iré a la mia iré con Mariana ella me cuidará mientras tanto... desde esa vez Ignacio no me ha buscado, no se nada de el absolutamente nada. Duele ver como todo se fue a la mierda, en una semana estaré viajando a Estados Unidos, tengo la oportunidad de sacar un curso de dos años allá, para convertirme en una doctora es la mejor oportunidad que tengo para salir adelante y escapar del dolor.....
Una semana más tarde
- Bretta llevas todo? El pasaporte? La ropa ? - volteo los ojos.
- Si todo listo -
- Te voy a extrañar eres la mejor - lloro junto a ella - Te amo amiga -
Continuará......................
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Al limite del placer .
RomanceNOVELA ERÓTICA (Terminada Sin editar) nunca imaginé desear tanto a un hombre nunca me sentí tan atraída su aroma , sus ojos negros, su cuerpo escultural como el de un Dios griego tan sólo rogaba porque el doctor Aranibal me mirase un poco y es que...
