Selfish | 𝗗𝗮𝗿𝘆𝗹

3. "Búsqueda"

Al día siguiente Megan despertó con pereza y algo adolorida, estiró sus brazos hacia ambos lados y bostezó.
Abrió los ojos como si fueran platos al darse cuenta que estaba completamente liberada del agarre de las sogas.

Miró a ambos lados y Daryl no estaba. ¿Acaso la dejó así como si nada?

—¿Daryl? —gritó, quería asegurarse de estar completamente sola—, ¿Robin Hood?

—¿Qué? —La joven soltó un suspiro de fastidio al oír su voz.

Por un segundo había creído que la había liberado y se fue dejándola completamente sola.

—¿En dónde estabas?

—Por ahí —contestó dejándose caer al suelo bruscamente.

—Me desataste —dijo tocando sus muñecas.

—Me dio pena verte dormir así. —Su respuesta hizo que ella soltara una risa forzada, fue por un momento que creyó que lo había hecho sólo por bondad.

—Sí, claro. —Megan se puso de pie e iba agarrar sus cosas pero una mano en su brazo se lo impidió.

—No.

Ella se safó mientras lo miraba enojada. ¿No por algo la había desatado?

—¿Cuál es tu problema? —Pero él como siempre, la ignoró.

Daryl agarró las cosas de la chica y se la colgó en su hombro mientras que en el otro llevaba su ballesta.

—¿Adónde vas? —preguntó al ver que se iba con sus pertenencias.

—A buscar a mi grupo.

Megan apretó los labios molesta, esa respuesta no le gustó para nada.

—¡¿Y te llevas mis cosas?!

Dixon dejó de caminar y la miró con cara de pocos amigos.

—Tú lo dijiste, yo haría lo mismo. —Y dicho eso siguió andando.

La de ojos miel lo pensó, ¿debía ir con ese hombre? Pues claro, se está llevando todas sus cosas en frente de su cara, no podía quedarse observando.
Sin embargo, podía sobrevivir sola, siempre lo hizo.

Aunque un poco de compañía no le vendría mal ¿verdad?

—¡Espera! —exclamó cerrando los ojos con fuerza, esperando no arrepentirse—. Voy contigo.

Daryl sólo asintió y ambos comenzaron a caminar en silencio, la chica no tenía idea a dónde irían, simplemente lo seguía a ciegas.

—Oye, ¿no quieres que te ayude con eso? Parece pesado —dijo señalando con los ojos la mochila.

—No.

Megan rodó los ojos, solamente quería intentar ser amable.

—¿Siempre dices no?

—A niñitas como tú sí.

Megan se molesto tanto que le dijera así ¿era idiota o qué? Se acercó a él y golpeó su brazo pero de un rápido movimiento Daryl la sujetó de la muñeca.