Selfish | 𝗗𝗮𝗿𝘆𝗹

7. "Confianza"

Seguíamos sin encontrar al maldito de Daryl, no estoy segura si lo secuestraron o qué pero tampoco voy hacerme ideas locas.

Pero sí es extraño que haya desaparecido así porque sí.

Con los demás fuimos a buscarlo por los alrededores, algunos fueron afuera mientras que yo volví dentro de la fábrica. Revisé varias puertas pero no aparecía.

—¿Daryl? —pregunté como una estúpida creyendo que me iba a contestar. Pero para mi sorpresa, logré escuchar un ruido cerca de donde estaba—. ¿Robin?

Abrí otra puerta creyendo que no había nadie.

—¡Mierda! —chillé del susto al verlo aparecer de golpe cual película de terror frente a mí.

Tenía su ballesta en alto y al ver que era yo la bajó lentamente. Miré en dirección a sus labios los cuales sostenían un cigarro.

¿Aún siguen existiendo esas cosas?

—¿Dónde mierda estabas? —pregunté volviendo a la realidad.

—Sígueme —ordenó.

Completamente confundida le hice caso.

Me guió hacia unos pasillos hasta llegar a una sala completamente abierta, no había nada más que algunas cajas y más puertas que abrir.

—Estábamos... estaban preocupados por ti —le dije llamando su atención.

Me ignoró, como siempre, y entramos a una habitación en la cual había un baño.

—Mira esto —Abrió el grifo y de repente tomó mi mano.

¿Qué hace?

Cuando mi mano tocó el agua sentí alivio, estaba caliente. No pude evitar sonreír.

—Hay varias duchas, encontré algunas cajas y latas con comida, más lo que tenemos en la otra casa nos queda como para un mes o más. Creo que podemos quedarnos aquí.

—Wow —murmuré—. Eso es bueno, pero creo que eso deberías decírselo a Rick.

Dixon asintió dándome la razón o eso creo.

—Yo... me había ido porque vi al otro sujeto huir, pero lo perdí —explicó.

—Sí, bueno, gracias por eso. De todas formas, hice todo el trabajo —dije orgullosa, él sólo rodeo los ojos.

—Yo... —dijo dejando las palabras en suspenso. Noté que quería decir algo—. ¿Qué vas hacer? ¿Te quedarás o qué?

—A lo mejor —respondí encogiendome de hombros—. Alguien debe estar ahí para molestarte.

Una sonrisa se me formó en la cara al ver que él rió, pero enseguida acalló su risa mirando hacia otro lado.

—Ya vamos avisarle a los demás.

Ambos salimos del lugar en busca de los demás, estaban todos afuera y parecían desesperados.

—¡Encontré al desaparecido! —exclamé haciendo que todos volteen a verme.