4. "Desconocido"

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Pasó un no tan largo tiempo desde que emprendieron viaje en busca del grupo de Daryl. Y la misma hasta ahora, sin éxito.
Megan, en cambio, sentía que sus esperanzas bajaban a cada paso que daba y no sólo por la familia del arquero sino por lo que ella estaba buscando también.

Quizá lo que estaba haciendo era realmente estúpido y debería dejar de buscar a alguien que seguramente esté muerto.

Megan dejó escapar un suspiro, odiaba pensar en ello ya que sabía que no pararía.

—¿Qué te pasa? —preguntó Daryl.

—Sólo recordaba algo —murmuró.

Daryl notó que lo que sea que haya pensado le afectó, se le notaba en la cara.

—¿Siempre estuviste sola? —Se atrevió a preguntar.

—No, no siempre —respondió dejando escapar otro suspiro—. ¿Algunas perdiste a alguien que en realidad no sabes si sigue viviendo?

Daryl la miró unos segundos para luego seguir concentrándose en el camino.
Sabía bien a lo que se refería.

—Sí.

—¿Y? ¿Vivía?

—Sí, lo estaba, luego lo mataron. —En cuanto dio esa respuesta enseguida se arrepintió.

Nunca había hablado de ese tema en voz alta, y le soprendió que sea con ella.

—Oh.

Megan no dijo otra cosa y siguió caminando en silencio. Ambos iban por la carretera y al costado de ésta había un bosque.

En cuanto a la relación entre ellos no pasó a más de lo ya era. Pero al menos lograron convivir de alguna forma.

Aunque sí, la mayoría de las veces peleaban y discutían, a veces, hasta por lo más mínimo, de todas maneras seguían juntos. Ni siquiera ellos mismos sabían el porqué.

A pesar de que Daryl no había logrado encontrar a su familia no se iba a rendir, estaba completamente seguro de que ellos estaban vivos, que no deberían de andar muy lejos. Pero le frustraba no encontrar nada.

—¿Y bien? —La voz de Megan lo volvió a la realidad—. ¿Adónde iremos ahora?

Agradeció que cambiara de tema.

—Solo sígueme —contestó en un tono algo demandante.

La castaña rodó los ojos e hizo lo que le indicó.

—¿No crees que estamos yendo en círculos? Creo haber visto ese árbol la vez pasada.

—No. Sólo volvimos cerca de donde estaba la prisión, no creo que se hayan separado tanto.

—Espero que no, pero seguro algún día los encontraras.

—¿Si lo hago te irás o qué?

Esa pregunta sí que no se la esperó.

—Sí, a lo mejor lo haré, no lo sé —respondió, un poco molesta.

Selfish | 𝗗𝗮𝗿𝘆𝗹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora