Selfish | 𝗗𝗮𝗿𝘆𝗹

10. "Celos"

Decir que estaba sorprendida era poco.

¿Lo que acabo de escuchar es cierto o era una jodida broma suya?

Es decir, esperaba todo de él menos eso, que me confesara semejante cosa. Porque sé que es el tipo de persona que es orgullosa y de la que no diría algo así en voz alta.

Sin embargo, una sonrisa se me asoma en mi rostro, aquellas palabras podrían significar algo más y de sólo pensarlo, me emocionaba.

Porque por más que lo negara sé que dentro de mí he estado empezando a ver a Daryl de forma distinta últimamente.

Giré mi cabeza para mirarlo y él hace lo mismo, al mismo tiempo.

—No deberías —respondí finalmente, llamando su atención—. A Rick lo considero un amigo o compañero. Dios, ni siquiera lo conozco tan bien.

—No es eso... —Suspira—. No lo entenderías.

Ruedo los ojos, este hombre es complicado hasta casi muriéndose.

Luego de eso ninguno dijo más nada, era casi un silencio incómodo.

—Lo que dijo ese tipo, ¿es verdad?

Mierda.

No voy a mentirle, no puedo.

—Sí, pero lo hice por mi hermana. Cuando amas a alguien sabes que harías cualquier cosa por esa persona, ¿no?

—Pero matar a una niña...

—¡Lo sé! ¡Estuvo mal! Pero... tenía de rehén a mi hermana y... no tuve opción ¿crees que fue fácil?

—¿Cómo se llamaba?

—¿Quién?

—Tu hermana.

—Nina —respondí, sintiendo el peso de su mirada pero yo mantengo mi vista en el cuerpo de Finn.

—¿Qué pasó con ella?

—Murió. —Cierro los ojos, evitando pensar en aquel momento, el peor día de mi vida—. Y creo que mi mejor amigo también.

—¿Eso crees?

—Nunca encontré su cuerpo, creí que se lo comieron unos caminantes. Tuve la esperanza de encontrarlo vivo pero ya me rendí.

—No deberías rendirte, quizás tengas razón.

—O no —murmuré.

—Yo... yo también tenía un hermano, mayor que yo. Se llamaba Merle y era un hijo de puta.

Creí que como lo dijo lo odiaba pero, en vez de eso, tenía una sonrisa en su rostro.

—Aún así, a pesar de que nos llevábamos como la mierda, lo quería porque era mi hermano —dijo mirando sus manos—. Pero también murió.

—Lo lamento mucho.

—Lo lamento también.

Sonreí de la lado al darme cuenta de una cosa.

—Creo que nos parecemos, querido Dixon.

—Prefiero que me digas Robin —ambos reímos, jamás creí decir esto pero amo escucharlo reír—. ¿Por qué dices eso? Que nos parecemos.

—Porque ambos somos unos idiotas que fingimos no tener sentimientos y que perdimos a nuestros hermanos. Además que somos buenos cazadores.

—Sí, claro pero no estoy seguro de lo último.

Sonrío y con mi mano le revuelvo el cabello a lo que él hace lo mismo conmigo, sólo que más brusco.

—Pero en el fondo me quieres —digo sin pensar