Megan abrió los ojos con dificultad y pestañeo varias veces hasta acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana.
Se paró bruscamente al recordar todo y darse cuenta que estaba en una habitación y en una cómoda cama que desconocía por completo. No estaba en una cama antes de desmayarse.
—Hola —pegó un salto al escuchar una voz desconocida a su lado.
Giró un poco la cabeza y ahí había un chico con un sombrero de sheriff, junto con una bebé en sus brazos.
—¿Quién eres? —preguntó sorprendida.
—Carl, tú eres Megan. —Ella frunció el ceño más que confundida, el niño rió ante la cara de la chica—. No te asustes, estás a salvo.
La muchacha se paró bruscamente haciendo que se maree un poco. Sin decirle nada al tal Carl salió de ahí.
Sintió la presencia del chico detrás de ella pero decidió ignorarlo. Bajó unas escaleras y se encontró con más gente desconocida.
Y entre ellos el hombre que la había apuntado.
—¿Alguien me dirá quién mierda son y qué hago aquí? —preguntó, llamando la atención de todos.
—Es algo largo de explicar —contestó una castaña de ojos verdes—. Soy Maggie.
—Bien, Maggie, tengo todo el santo día para que me lo expliques.
La nombrada la miró de arriba abajo por la manera en que le contestó la recién llegada.
—Creíamos que tenías a Daryl, te encontramos con él y sus cosas. Yo hice que te desmayaras, lo siento.
—Lo malinterpretamos —agregó el sujeto de ojos azules—. Soy Rick Grimes.
—Ajá. ¿Y bien? ¿Dónde está Daryl?
—Está afuera —respondió una mujer de cabello gris—. Escucha, será mejor que te revise el golpe en tu cabeza.
La castaña se toco detrás de la nuca e hizo una mueca. Sin quejarse aceptó el pedido de la mujer y ambas fueron a un baño cercano.
—Con que ustedes son el famoso grupo de Robin.
—¿Robin? —preguntó confundida.
—Daryl —se corrigió—. A veces le digo Robin Hood para molestarle. —Ambas soltaron una risa.
—¿Tú lo encontraste? Daryl nos dijo que lo salvaste cuando estaba en la prisión.
—Sip, el pobre parecía un muerto más pero logré curarlo. —Cuando la mujer terminó le dedicó una sonrisa.
—Soy Carol —se presentó, la castaña sentía que ya le agradaba—. Gracias por salvarlo, Megan, en serio.
—No es nada —la castaña se puso de pie—. Parecen buena gente.
—Lo somos —afirmó Carol, con una media sonrisa.
—Seguro que sí, lo deduzco por Daryl.
Carol sonrió por sus palabras. Ambas salieron del baño y Megan decidió ir fuera para ver que hacía el hombre. No entendía la razón por la que fue, quiere creer que es simplemente curiosidad y ya.
ESTÁS LEYENDO
Selfish | 𝗗𝗮𝗿𝘆𝗹
Fiksi Penggemar(EDITADA) Megan desde un principio fue un poco bastante egoísta, pero mucho más luego de haber perdido a sus seres queridos en el nuevo mundo apocalíptico, ¿por qué iba a importarse por los demás si ya lo había perdido todo? Simplemente ocuparse de...