6. Imbécil y Chismoso

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Continuación del anterior capítulo, desde la perspectiva del curandero.

Note como ella cambió su respiración muy repentinamente después de mi propuesta. Y como estaba esperando me dió la misma respuesta de siempre.

–¿Y si mejor me matas?- me dijo molesta, mientras yo seguía limpiando su hermosa piel blanca.

–Alice...

–Te lo estoy pidiendo - me interrumpió implorando, como era de costumbre.

–Nunca lo haré.

–Maldición te lo estoy pidiendo- volvió a repetir con un tono más elevado y casi tosiendo por el esfuerzo que había hecho.

–Cálmate- le grite para que evitará seguir perdiendo sangre por la boca.

Luego no se sintió más que silencio...

(***)

Ya había terminado de limpiar y curar sus heridas en la espalda por lo que debía terminar de sanar las producidas anteriormente en la parte de adelante de su cuerpo, por ello, yo le informé –Debo darte vuelta, por lo tanto, lo que vamos a hacer es...- de repente sin previo aviso dio un giró bruscamente quedando boca arriba, quejándose por el movimiento ocasionado y provocando que más de ese líquido rojo saliera por un costado de su boca.

–¿Por qué hiciste eso?.

–¿Qué sen...ti..tido tiene que me..me quieras evitar el dolor si andas prolongando mi agonía con cada herida que curas?- escuché, mientras su voz era obstruida por la sangre.

–¿Comprendes qué pones en juego mi vida también?.- le comenté, mientras buscaba una aguja en el carrete del hilo.

–Tú no vives en una cueva desde hace 10 años.

–Piensa en una posibilidad de poder vivir los dos, ¿acaso no tienes curiosidad del mundo que te rodea?.

–¿Tú crees que eso a mí me interesa?.-exclamó con la misma insensibilidad de siempre.

–Alice el mundo es más lindo de lo que crees.

–¿En serio?.
Lo único que recuerdo de él son los brillantes colores de un castillo, cuyos gritos que se generaban dentro de él, no me dejan dormir hasta hoy en día.- comentó mirando fijo mis ojos con tristeza.

–Espera ¿Qué?.

–Termina de una vez- respondió

–Bien ya comprendí, voy a hacerlo solo.

Mientras conversamos yo iba limpiando sus piernas de los restos de sangre que no había podido sacar anteriormente ya que estaba dada vuelta.

–Se que tienes más posibilidades que yo de escapar- escuché con un poco de dulzura en su voz.

–No me refería a mi nomás.- inmediatamente proseguí.

–Acaso ¿me está escuchando?.

–No creo en otra vida que está y quiero vivirla contigo.- balbuceo tratando que ella comprendiera el porqué de mis acciones.

–No me interesa tu existencia, y ¿por qué a ti te interesa tanto la mía?- siguió contestando con ignorancia.

–No te diré que es, porque nadie sabe cómo definirlo bien, pero podríamos llamarlo "capricho".- por mientras sostuve otra vez el hilo con la aguja para poder terminar de cerrar su corte en la pierna, donde ese maldito había introducido sus sucios dedos en él, para hacerla sufrir, a un principio.

–¿Capricho? ¿Y qué hay de mí opinión?.

–Ya creo que no la tomaré más en consideración.- sé que sonó muy cruel pero ella no me ayudaba con sus opiniones.

Diamanti (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora