12. Vida o muerte

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El mar estaba inquieto.

La tierra estaba perdiendo terreno.

Y la furiosa marea trabajaba duramente en sacar de su camino una enorme roca que se revelaba en sus dominios.

Más agua bajaba por las escaleras, que conducía al calabozo.

Los llantos desgarradores que sólo Dios podía escuchar y con gusto ignorar se sentían cada vez menos.

-¡No no! ¡Por favor! ¡No así!- gritaba la muchacha forcejeando los barrotes que la sometían a permanecer en su encierro.

Sus pies se resbalaban una y otra vez por el moho que se había formado en la roca del suelo, haciendo que cada esfuerzo por forcejear fuera en vano.

En ese momento dios ignoró la humanidad, por solo enfocarse en ver cómo esa alma agonizaba por vivir y agradecía a aquel que le había ayudado a experimentar tal espectáculo, pero hubo algo que él ignoraba...

(***)

Rendida se dejó caer sobre el agua acumulada debajo de ella.

Su agitada respiración comenzó a tranquilizarse, su cuerpo apoyado en la pared se comenzó a sumergir poco a poco.

Estaba aceptando ser llevada a la eternidad.

Viendo como el agua alcanzó su nariz decidió adelantarse a su destino hundiéndose y cerrando los ojos por última vez.

Su mente le estaban dando su más hermoso sueño... correr por los prados hacia los brazos de su madre que con un vestido blanco la esperaba para abrazarla.

Pero todo ese hermoso sueño fue desapareciendo al notar el dolor de no poder respirar y sentir como sus pulmones se comprimían cada vez más.

Luego abrió los ojos, al sentir que algo era diferente...

El agua había cambiado, era más pesado y denso que lo normal, y viendo como una luz resaltaba sobre ella, nadó con la poca fuerza que poseía hacia dicha luz.

Cuando llegó, su respiración se normalizó, el oxígeno llenaba sus pulmones otra vez, haciendo que tosiera todo el líquido que había ingerido.

La luz, tan pronto como ella salió del agua, se sumergió iluminando todo el líquido que aún se encontraba debajo de ella pero está vez iba descendiendo y se tornaba más densa y roja.

Alice sintió como sus pies tocaban el suelo, y cuando vio para abajo para seguir viendo la luz que había cambiado de dirección, notó como el agua había desaparecido y una gran cantidad de sangre la envolvía de la cintura hasta las plantas de los pies.

- No, no entiendo... ¿Dón- dónde estoy?- dijo tartamudeando.

Uniendo sus manos, las sumergió y levantó un poco de ese líquido rojo para ver que no estaba equivocada.

-Es sangre, pero ¿de quien?.

Miró su entorno, la caverna estaba en completa oscuridad, solo se podía ver iluminado toda la sangre que la rodeaba.

- Mi hermosa niña, al fin te vuelvo a ver- escuchó Alice, como un susurro en su oído.

- ¿Quién eres?, y ¿Qué está sucediendo?.

La muchacha empezó a observar su entorno nuevamente con desesperación buscando de donde provenía esa dulce voz.

De repente, vio una figura de una mujer morena, con pelo largo y vestida con una capa oscura, que solo permitía ver su rostro, y sus brillantes ojos cristalinos, que se volvían rojos por el reflejo de la sangre.

-Mi niña, déjame ver más de cerca tus ojos para ver que no me equivocado- comentó la morena, acercando su mano hacia la cara de Alice.

-¡Aléjate!, no me toques- dijo apartando la mano de la mujer-¿quién eres?- continuó dando dos paso hacia atrás, notando otra vez como su entorno había vuelto a cambiar.

La sangre era nuevamente agua pero en ella, muchos pétalos de rosas blancas flotaban.

-No- no comprendo, ¿qué- qué está pasando?... la sangre, desapareció.

La mujer acercándose a la muchacha, prosiguió - Soy una sirvienta de Dios, y él me ordenó provocarte dolor y agonía antes de tu muerte, cuya orden todavía no terminó de realizar, porque aun sigues con vida.

- ¿Entonces qué esperas para terminar lo que te ordenaron?.

- Aún no comprendes ¿No?. Yo lo estoy traicionando al estar hablando contigo.

- ¿Trai- ción?... ¿Porque tú harías eso por mí?.

- No puedo decirte, ya que te sometería a una persecución encabezada por él, eso tú misma deberás buscar, y prepárarte en un futuro para enfrentarlo.

- ¿Enfrentarme a Dios? ¿Sabes lo qué estás diciendo?, Es una completa locura.

- Veo que no tiene la valentía de tu madre, solo eres una mocosa con miedo en su corazón, aún así...- mirando las heridas- eres fuerte.

- Si digo que no quiero saber quién soy, que no me enfrentaré a Dios, ¿tú, aún así, me dejarás con vida?.

- Le debo un favor a ella, y estoy segura que optaría por ello.

- Supongo que tampoco me dirás quién es ella, ¿no?.

- No, pero si algún día deseas saber quién te dio otra vida, busca sobre el pasado y así aprenderás sobre el futuro- luego la mujer acercó un collar con una gema azul brillante a la mano de la muchacha, prosiguiendo- tocala y pide un deseo, pero no seas codiciosa, solo se puede desear vida o muerte.

-Si deseo vida... ¿Seré libre?

-Si, pero dependerá de ti mantenerla, mi niña- comentó la mujer cerrando la mano donde poseía la gema- Serás libre y vivirás, pero solo espero que pienses en mi propuesta, cuando estés lista para enfrentarte al mundo.

La morocha abrazo fuertemente a la muchacha y dando por terminada su charla se oscureció el lugar por completo.

(***)

Dios estaba enfurecido, su fiel sirviente lo había traicionado, pero aún así la necesitaba, era quien se encargaba de tomar las almas de las personas, para poder crear otra. Como un ciclo recíproco de energía, que mantenía su creación estabilizada.

Él no podía hacer ese trabajo, ya que absorbería su propia energía, provocando un desequilibrio y con ello el fin de su amado juego.

Por lo que no tuvo más alternativa que perdonar a su sirviente pero no pudo pasar por alto su rebeldía asique le desgarró lo más apreciado para ella... sus ojos.

Dejando a la muerte ciega, Dios decidió volver a observar su creación, pero con mayor atención a ese destino que su sirviente había cambiado.

En multimedia, el río de sangre y pétalos de rosas.💕

Diamanti (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora