El silencio absoluto de la habitación, estaba siendo ignorado por los pensamientos de un muchacho que observaba, sin ver, la nada de la penumbra generada por la luz de una pequeña vela, donde el tiempo estaba pronto de darle fin.
Ese joven divagaba una y otra vez sobre los posibles futuros antes la decisión que había tomado, solo esperaba que la realidad acertara en uno de los varios que lo beneficiará.
Sus ojos azules, rodeados por las marcas del insomnio, se dejaban llevar por la imaginación, viendo lo que más deseaba para tranquilizar las voces de su mente, que comenzaban con un "pero" para cambiar todo su ánimo.
Su cuerpo estaba quieto, los codos, apoyados sobre su escritorio, le daban altura a esas manos que unidas servían de soporte para su rostro.
(***)
Llegada la luz a los cielos, el joven se levantó de su escritorio y caminó hacia la ventana. Miró el bosque, esperando que sus compañeros llegarán y le dieran las noticias de su hermano.
De repente, notó un pequeño zumbido, que al prestarle mayor atención iba incrementando su sonido con el paso del tiempo, viendo aún hacia el bosque no pudo evitar pensar que sus peores temores estaban a punto de pasar.
Dio varios pasos hacia atrás, sin apartar su vista de la ventana.
Una vez el sonido confirmó su pensar corrió hacia fuera de la habitación, observando como varios de sus compañeros realizaban lo mismo.
-Zack- gritó uno de los muchachos.
- ¡Rápido, prepárense!- prosiguió, corriendo por los pasadizos, golpeando con fuerza las puertas, despertando a aquellos que su sueño aún no los había dejado volver a la realidad.
A los lejos, entre las habitaciones, uno de los jóvenes le gritó- Zack, ¿adónde vas?, ¡Espera, no salgas solo!.
Él, ignorando los gritos, bajó las escaleras rápidamente, abrió las enormes puertas de madera y salió caminando hacia la entrada de la mansión.
Se paró firme y empezó a ver como varios jinetes se paraban enfrente de él.
Eran cincuenta hombres, todos cubiertos por mantos negros, pero con una insignia en su pecho delatando que venían en nombre del rey.
Zack suspiró profundamente y esperando que el general saliera entre las tropas, sentía detrás de él,como sus compañeros se formaban.
Luego uno de los jinetes se bajó del caballo y retiró el manto que cubría su rostro dejando ver su deteriorada cara, y con ello, su cabellera rubia. Este dirigiéndose a Zack, le comunicó- príncipe disculpe nuestra temprana intromisión, pero traigo con urgencia esta carta del rey- estrechó su mano, con el sobre.
- Casi cincuenta hombres para traer una carta, valla que Neo se ha expandido- prosiguió con burla, sujetando el sobre.
- Debe leerla enfrente nuestro, no necesariamente en voz alta, príncipe.
El muchacho incómodo por lo escuchado, abrió el sobre y sacando la hoja dentro, comenzó a leerla..
" Zackary llegó la hora. La guerra terminó y ya no eres de utilidad como soldado.
Te ordenó que te deshagas de toda la organización y te presentes en el castillo para darte las instrucciones de tu siguiente deber.Maximiliam"
Zack estaba perplejo por lo que había leído, no sabía cómo actuar.
Sus manos temblaban, mientras sostenían aún la hoja y sus expresiones faciales comenzaron a tensarse demostrando la ira y bronca, que tenía.Tirando el papel, se dio una media vuelta y bajando la mirada, agarró con ambas manos su cabello negro, mientras apretaba los dientes.
El general viendo la reacción del chico, comentó- Príncipe, me han ordenado no partir de este bosque sin usted, así sea por la fuerza. Espero no me cause inconvenientes.
Zack subió su vista para ver a sus compañeros que lo observaban con tristeza y esperaban con intriga la respuesta.
- Chicos...
Uno de ellos dio un paso enfrente y seriamente dijo- Príncipe sea cual sea su decisión nosotros lo seguiremos.
Al militar le dio mala espina ese comentario y prosiguió inmediatamente - No hagan una estupidez. Me han ordenado recurrir a las medidas necesarias para cumplir con lo orden así sea asesinar a cada uno de ustedes y llevarme por la fuerza al príncipe Zackary.
- No es necesario echar más leña al fuego General, a mis muchachos no le gustan las amenazas.
- Entonces venga con nosotros sin intromisiones.
- Dígame algo general...¿Él no le dijo nada sobre llevarme encadenado o si?.
Tragando saliva, el hombre continuó- Si fue así, no quiere sorpresas en el camino.
El joven lo miró seriamente, prosiguiendo- no juegue conmigo, ustedes harán algo más.
- No lo haremos si usted acepta venir con nosotros inmediatamente sin problemas- exclamó el veterano, sacando unas cadenas doradas de una bolsa que tenía a un costado del caballo.
Rápidamente se escuchó - Zack vivimos aquí durante cinco años no podés dejar que ese maldito del rey estropee todo por lo que hemos trabajado...- el morocho negaba con la cabeza, provocando que su compañero prosiguiera con enojo- ¡Mi familia fue degollada y colgada en los límites por ese hijo de puta y tú juraste que yo colgaría su cabeza en el medio del reino!- el muchacho bajó la mirada, mientras escuchaba como gritaba una y otra vez-¡Zack me lo juraste!, ¡maldición Zackary tú nos entrenaste para luchar contra más hombres que lo que tenemos enfrente!.
Luego todos los demás jinetes se bajaron desenfundando sus espadas, dejando más tenso al muchacho por la situación en la cual se encontraba, de un lado los soldados que mandó su hermano que solo eran hombres cumpliendo órdenes y del otro sus compañeros esperando su respuesta sabiendo que si no daba la correcta perdería todo ya sea de un lado o del otro.
-¡Basta!- gritó tratando de calmar ambos lado, señalando a su compañero, continuó- Adrián se lo que te jure, es uno de los varios juramentos que se entrelaza con el de los demás de nuestros compañeros, pero no quiero ver más sangre derramada de nuestro pueblo, ¿comprendes lo que digo?.
Adrián seguía firme y dispuesto a contestar pero varios de sus compañeros sosteniendo sus hombros y negando con la cabeza lograron calmarlo para que siguiera escuchando a Zack que no había terminado allí.
- General, ordene a sus hombres que suban a sus caballos, y prometame que no hará nada estúpido una vez me encadene.
El general asistió con la cabeza, acercándose con las cadenas hasta el chico.
-¿Zack volverás?- dijo el joven que había prometido lealtad.
- ¡Por supuesto!, aclararé este asunto y volveré con nuestros compañeros que aún siguen de invitados en el castillos- comentó con sarcasmo tratando de hacerles recordar que dos de sus compañeros podrían estar en problemas si se revelaba en ese momento.
Luego el militar, colocó los grilletes de oro en sus muñecas y aprovechando la situación desprevenida del joven, lo golpeó con brutalidad en la cabeza con la empuñadura de la espada que traía entre su cintura, dejándolo inconsciente en el suelo con una herida abierta en su cabeza.
Semejante acción del general, solo provocó aquello que el joven había tratado de evitar y sin éxito concretar.
Por desgracia, la sangre de algunas personas estaban destinadas ser derramada esa mañana...
En multimedia, los jinetes. 💕
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Diamanti (Borrador)
FantasyUna chica sometida por ser diferente. Un muchacho desorientado antes sus principios. Un hombre carismático y ejemplar que ama divertir a Dios con sus atrocidades. La finalización de una guerra que dejó secuela. En un mundo dominado por las fuerzas e...