Sin Asderel no teníamos forma de salir del limbo. Armaros había visto a los cazadores arrastrarlo junto con sus hombres a las profundidades de la tierra.
Levantamos el campamento en una zona de suelo rocoso para no sufrir más ataques bajo tierra. Pero nuestras provisiones eran contadas y yo tenía que buscar la forma de sacar a mis hombres de ahí.
Conforme pasaba el tiempo, yo seguía pensando en lo que Metatrón me había dicho de Deus. La ira me invadió en cuanto escuché eso, pero tras meditarlo por mucho tiempo mientras hacía mi guardia en el campamento, me di cuenta de los bastos agujeros en su argumento. Para empezar, Deus no negaría a otro primogénito de su linaje. Después de todo, ya había engendrado hijos antes. Algunos de los cuales ya eran bastardos y no habían desarrollado mis habilidades. Tampoco parecía preocupado con ellos como debería estarlo por la historia de Metatrón. Finalmente, la única conclusión lógica a la que llegué, fue que Metatrón dijo algo que sabría que me molestaría al grado de usar mis habilidades. Todo pudo ser una prueba.... Pero algo era un hecho. Yo no era un ángel común.
Escuché pasos a mis espaldas y uno de los soldados llegó a informarme que Armen se había recuperado. ¿Así de lanada?
Fui corriendo hacia la carpa de la tienda donde mi hermano reposaba. Lo encontré de pie con aspecto saludable y de muy buen humor.
-Araquiel, hermano.- Dijo al verme.- El veneno salió de mis venas.
Lo miré anonadado y de repente recordé cuando le quité el dolor la otra noche. Tal vez no solo le quite su dolor... sino que también me llevé el veneno en sus venas. ¿Cómo era posible? Creo que ni Deus podía absorber los menjurjes demoníacos. El veneno debió matarme. Pero me sentía normal.... incluso un poco más fuerte.
- A veces somos más fuertes de lo que creemos. Así logramos superar las adversidades.- Le dije mientras meditaba lo ocurrido.
-Como tú.- Me responde.- Ya deberías estar muerto con toda tu energía gastada sin poder recargar tu núcleo y sin embargo sigues luchando.
Puso una mano en mi hombro y continuó.
-Pero aún así.... ¿Cómo lograste salir vivo de los cazadores?
Vacilé un instante y respondí.
-Me encontré con Metatrón. Creo que estaba en una especie de "prueba". Al final me dejó con vida.
"No podía ser tan fácil. Se dejó derrotar."
-¡Metatrón! Había desaparecido junto con....
-No.- Interrumpí.- Creo que nunca se ha ido. Creo que siempre ha estado vigilando. Tal vez con alguna otra forma pero ahí ha estado. Tal vez el Creador tampoco se ha ido del todo.
-Pero... Araquiel...
-No quiero hablar del tema. Descansa Armen. Yo los sacaré de aquí en cuanto antes.
Abandoné la carpa y continué en mi puesto como vigía. La noche era extraña en ese lugar. Todo era muy frío y el cielo era de un color vino muy oscuro que cubría los terrenos de un tono escarlata. Podría jurar que las estrellas eran una especie de ojos parpadeantes, siguiendo nuestros pasos.
Al pasar las horas, Armaros llegó a mi lado y me mandó a dormir. El sueño llegó en breve.
De pronto me encontré en una especie de zona selvática. Con manantiales de agua dorada brotando de ríos. Una vegetación increíble jamás antes vista. La paz llegó a mi en cuanto comencé a apreciar el lugar.
-"Araquiel".- Sonó una reconfortante voz que provenía del lugar.
- ¿Creador?- Pregunté.
El lugar comenzó a desvanecerse y una serie de palabras entrecortadas llegaron a mí.
ESTÁS LEYENDO
Mártir Hereje #1
Hành độngLa guerra entre el cielo y el infierno ha existido desde tiempos ancestrales. Los textos prohibidos cuentan la historia de los Clarividentes. Seres más antiguos que el tiempo mismo, se dice que son el resultado de choques cósmicos de luz y oscuridad...