15. Un deseo prohibido

1.6K 177 207
                                    

-----------------------------------------

Me gustaría agradecer a todos los que votaron en esa encuesta de la que hablé la semana pasada n.n

Y sí, gané :'D

En fin, también quiero disculparme por lo mal que se me da redactar cosas dramáticas. Es que yo prefiero las cosas Happy Flower :v

-----------------------------------------

Por mucho que no quisiera, al final llegó este maldito día. Ahora mismo me encuentro envuelto entre las sábanas de mi cama, totalmente empapado en sudor y con un gran dolor de cabeza. El dolor de cabeza no tiene nada que ver con el celo, más bien con mis quebraderos de mente. Hoy es seguramente un día que defina mejor mi relación con Eren y por culpa de esta mierda ni siquiera pueda hacer nada. Lo único que me reconfortaría es que todo esto pase sin pena ni gloria. Espero que Isabel pueda amenizar este embrollo.

- ¿Sigues de morros? -dice Isabel mientras abre la puerta de mi cuarto.

- No estoy de morros... 

- No te preocupes, ya me encargo yo de explicarle todo al renacuajo -dice, intentando reconfortarme con esa amplia sonrisa suya.

Tengo suerte de tenerla aquí. Llevo pensando eso desde hace bastante, pero creo que no voy a parar de repetirlo. Sabe lo mucho que significa para mí ese mocoso, por eso hace todo lo posible para ayudarme con un problema que puede definirse como trivial. Incluso se molestó en ser ella la que comprara por Internet el regalo para Eren. Que por cierto, más le vale usarlo bien, ya que por ella es por el que lo tengo. Sí, un chico de veinte años del siglo XXI sin Internet. Supongo que no hace falta decir lo poco que me ha hecho falta.

- Procura recalcarle que me hubiera gustado ir -le repito por cuarta vez.

- Que sí... -suspira molesta.- Joder, si tan solo los inhibidores te surtieran efecto no estaríamos con estos problemas...

Oh, sí. Ahora yo tengo la culpa de ser como soy. Esto no lo he explicado antes, pero resulta que las pastillas que tomo son para que el celo desaparezca en su totalidad. Para mi desgracia, soy de esos Omegas a los cuales no le hacen casi efecto los inhibidores, por lo que lo tengo más difícil. Por ejemplo, mientras que Isabel puede ir a clases en su periodo de celo, yo apenas puedo salir al balcón de mi casa. Al parecer, las desgracias solo me caen a mí.

Después de un rato, Isabel se marcha con el regalo de Eren en una bolsa. Estuve delante cuando lo encargó. Me dijo que ese muñeco era popular entre los niños, pero hasta donde yo sé, Eren no es un chaval normal, al menos cuando está conmigo. 

Camino agotado por la casa, aun estaba en ropa interior, con apenas una camisa blanca. Realmente no me gusta ensuciar ropa de más si no es necesario. Llego a la cocina y me sirvo una taza de té que Isabel había preparado antes de irse. La chica hace un intento, pero casi siempre le sale amargo de más, así que me toca echarle más agua caliente y azúcar. Una vez que lo hago, me aproximo al sofá y me recuesto antes de prender la televisión. A estas horas solo hay películas malas y telenovelas. Al final termino por parar en un canal infantil tras un buen rato haciendo zapping. Me llama la atención que estén haciendo un programa única y exclusivamente para explicar los subgéneros. La marioneta con forma de gato, ese tan popular entre los niños, se mueve por la pantalla explicando las diferencias entre un género y otro. Me quedo un rato mirando distraidamente el programa, dando de vez en cuando algunos sorbos al té.

- Y recordad niños: lo importante de una persona es si es buena o mala, sin importar de qué subgénero sea -termina de decir la voz que le dan al muñeco antes de despedir el mini programa.

Un mocoso es mi Alpha [Suspendido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora