13 de enero del 2006.
¿Por qué? ¿Por que tú? ¿Por que no fui yo quien tenía que fallecer? ¿Por qué me paso los días tratando de vivir de tu recuerdo? ¡No es justo! No es justo haberte amado tanto y de manera tan desmedida y que ahora yo me quede sin salida ya que tú no estas más a mi lado. Porque Dios me ha abandonado, porque nunca me quiso y sabiendo cuanta falta me podrías hacer te puso en el camino de un maldito asesino. Soy un mal nacido, porque nunca debí nacer porque nunca nadie en este mundo me amó, y la única persona que lo hacia tal cual yo quería y tanto como yo, murió. ¡Ay! Como odio la muerte, pero siento amarla porque la deseo en mi, sueño con morir y regresar a ti, ver tus tristes ojos llorando porque también me extrañaste. ¡Dios! ¡Yo te lo dije! Nunca más voy a creer en ti y les hablaré a todos sobre lo cruel que fuiste conmigo, porque me diste la espalda y me entregaste a tamaña mujer solo para tenerla unos años y luego quitármela. Yo quería una eternidad a su lado, quería verla todos los malditos días de mi maldecida vida pero no, porque tú lo quisiste así. Y que nadie se atreva a hablarme de amores porque voy a repertirle su nombre ¡Eleanor! ¡Eleanor! ¡Eleanor!. La única mujer en mi vida y así será siempre, porque no existe más vida para mi que la agonía de su partida, porque la voy a llorar tanto que cuando yo haya parado de llorar, tendré la esperanza de sentir de nuevo sus manos. Porque su nombre me persigue, todos se llaman como ella, todos se ven como ella, todo huele como ella pero nadie, absolutamente nadie logra ser ella. Porque te amé, te amé de alma hasta ti, te amé con todo lo que tenía, te di mi intelecto, mi cuerpo, mi osadía y mi timidez, te dí mi canto y mi llanto junto con los arpegios de mi guitarra. No quiero vivir más, no quiero llegar vivo al día en el que ya no te pueda recordar o que tu olor se haya esparcido, porque ese día, ese mismo instante, me declararé, muerto en vida.