6: El primer paréntesis

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Kevin M:

Me debatí por días entre escribir o no esta carta, pero la hora llegó. No estoy seguro de que me recuerdes, de que quieras siquiera hacerlo, pero necesito que lo hagas.

Esto es sobre Lukas, sobre ese chico que fue tu primer amor aunque jamás me lo hayas dicho. (No te estoy juzgando, claro, solo subrayo un hecho) Y otro hecho importante es éste: debes volver, ahora, por lo que una vez significó este sitio para ti.

Como bien sabes, los demás nos quedamos, perseguimos nuestros sueños en vez de huir de nuestros miedos, a diferencia tuya. Dejaste en casa todo lo que no hiciste y el cómo, lo supieras o no, lograste que muchas vidas se unieran.

Dos de ellas, que incluso yo jamás creí ver cruzarse para bien, son la de Lukas y la mía. Es mi amigo, uno muy bueno por cierto. Y está enfermo y te necesita

No quiero decir que está loco ni que sea peligroso, pero exactamente eso es lo que pasa. Y todos tenemos miedo de que le pase algo malo. Tenemos miedo que acabe como Elizabeth.

El problema empezó el día en que te fuiste, cuando tu bachillerato, y avanzó degenerativamente hasta hace unos meses. Primero, Lukas creía escuchar a su hermanita o verla en otros rostros.

Nadie le prestó atención, hasta que una tarde trajo a su casa una niña a rastras e insistía en que era Elizabeth e ignoramos su berrinche. Le dimos unos tranquilizantes y liberamos a la niña.

Ahí el episodio acabó, pero entonces pasó a verte a ti.

Yo sabía que te veía a ti, aunque su familia no. A veces gritaba que te alejaras, otras arrinconaba a los chicos y en los peores casos los golpeaba.

Casi termina preso en varias ocasiones, pero tras un análisis médico lo declaraban mentalmente incapacitado y lo liberaban. Yo estaba ahí, cuidándolo con sus amigos.

Hace una semana el asunto cambió, ahora ve a un tipo de apellido Luna. Mi miedo es que en tal caso no sean alucinaciones suyas.

No quiero hablar sin bases, pero creo que el tal Luna existe y a quien busca es a ti. Lukas no está loco, por cierto, y esas alucinaciones son temporales, por lo que cuando está bien lo interrogo.

Sé quién es Luna y lo que quiso hacerte, lo que te hizo y el daño que causó. Y te escribo porque quiero que vuelvas, que ayudes a Lukas y nos ayudes a nosotros

Por favor, Kevin, por favor. Si aún sientes siquiera amistad por él y ya lo perdonaste, ven. Te esperamos.

Lukas te espera, mientras siga cuerdo.

Con sincero afecto: Osmin Cruz.

Israel lanza la carta al fuego y ve cómo la consumen las llamas. Toma su vaso de cerveza e ingiere todo el líquido de una vez. Aprieta los puños y trata de relajarse mentalmente mientras espera a su hermano menor en el jardín de la casa.

Sabe que no muy lejos, Kevin quizá esté durmiendo, quizá ya haya leído la carta y quizá no, pero no le interesa mucho. Ya le llegará la hora al bastardo. Coge el celular y hace una llamada.

-¿Qué quieres? -Pregunta la voz del otro lado.

-Necesito un favor. ¿Te acuerdas cuando te ayudé con lo de tu carrera? -Sonríe e imagina el rostro pálido del otro- ¿Recuerdas?

-Sí, Israel, cómo no hacerlo. Eres un gran amigo. ¿Qué necesitas de mí?

-Supongo que recuerdas a Kevin Munguía, ése Kevin. -Suspira y se resalta la vena de su frente.

Los besos que no te diDonde viven las historias. Descúbrelo ahora