Susurro 9

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A pasos sigilosos Eitan se dirigió —como en el último tiempo—, a la habitación donde encontró el cuadro de Yui y los Sakamaki. Era un lugar silencioso y un poco turbio, pero le era un lugar agradable para pensar, principalmente porque no veía a la blonda desde hace más de una semana. Debía admitir que las canciones que ella entonaba —por más que eran un poco cursis—, le parecían muy bonitas; además en su cabeza buscaba los mensajes subliminales a dichas letras, e intentaba encastrarlas con los recuerdos que había visto. Muchas opciones tenía, por como la vio actuar no podía siquiera deducir con cuál hermano estuvo a punto de casarse.

Además tenía otra duda, ¿Realmente se había casado con ellos? ¿Por qué llevaba su vestido de novia? Le sonaba a una de esas historias de terror en la que la novia se suicidaba y rondaba cerca de su marido.

Pero ella no pudo haberse suicidado... ¿Verdad?

Bueno, si fue una novia de sacrificio no le sorprendería que lo hiciera; y se jugaba la cabeza a que ella no estaba viva.

Suspiró. Cuántas dudas que tenía en la cabeza.

Para despejarse un poco volvió a entonar la primer melodía que escuchó cantar a Yui.

—“Oh, puedes escucharme llorar, ver todos mis sueños morir desde donde estas, por tu decisión...” —entonó con los ojos cerrados sin conocer el ritmo, haciendo una pausa cuando lo vió oportuno. Sintió una brisa pasar por su costado, y continuó mientras abría los ojos—. “Es tan tranquilo aquí, y me siento tan frío...”

Sorprendido vió que Reiji se acercaba a Yui, pero no lo notaba como lo había visto hace unas horas, se lo notaba... Distinto. Dedujo que provocó lo mismo que hacía la rubia al cantar; pero le sorprendió también haberlo logrado él.

—¿Cuanto más piensas estar alli, Yui? —fue regañada por Reiji, el mismo estaba sentándose junto a ella; quedando ambos sentados sobre la ancha baranda de mármol, aunque ella miraba hacia el paisaje y él le daba la espalda al mismo.

Observó la habitación que estaba detras suyo, los muebles tapados con sábanas fueron reemplazados por literas con artículos de belleza y materiales de estudio; la cama se encontraba hecha y la luz de la habitación estaba prendida, mostrando un luminoso cuarto rosa.

Hasta que logre llegar a una decisión... —Suspiró abatida mientras tapaba su rostro con sus manos.

Te he dicho que puedo hacer algo para ayudarte...respondió serio, sin dirigirle siquiera una miraba a la pensativa y frustrada blonda.

No será suficiente...

Eitan vió que al no entonar nada ambas siluetas desaparecían, por lo que aunque sea quiso finalizar la melodía con los últimos susurros que escuchaba.

—“Esta casa ya no se siente como un hogar” —cantó y vió la sombra de Reiji desaparecer por el umbral. Lo último que supo de dicha escena fue ver a Yui con una triste sonrisa.

Mi tiempo con ustedes ya casi ha llegado a su fin.

Black Widow『Diabolik Lovers』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora