10: Secretos escondidos

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Tormenta Moteada se sentó al lado de unos helechos y suspiró. Trató de comprender a sus compañeros. La verdad era que no estaba decepcionada de Zarpa Plateada. Era razonable que se hubiera puesto del lado del guerrero, además, se caían muy bien. Bueno, Brisa siempre le daba la contraria, pero...¿qué pasaba con Manto Rocoso? El corpulento gato no era muy amigo de Garra Veloz. No era inteligente, como Zarpa Plateada, ni tampoco maliciosa como Brisa.

-No me creen porque no tengo pruebas.-meditó.-Debo capturar a Manto Nocturno. Sí. Eso funcionará.-se dijo.

Se levantó de golpe, alborotando ligeramente las hojas y el césped natural. Corrió hacia el campamento del Clan del Trueno.

-Ya me creerán. De ahora en adelante, lo harán. Mañana me iré.-maulló. -Yo puedo. Sólo son un puñado de gatos apestosos y escuálidos.-se animó.

La realidad era muy remota a sus pensamientos. No había pensado en Patas Rojas o Atigrado. Sólo en la confianza de sus compañeros.


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Estrella Leonada estaba en la entrada del campamento. El viento le alborotaba el pelaje. Nublosa, su amiga, se acercó.

-Sé lo mucho que te importa Patas Rojas. Él era como un hermano para ti. Tu lo cuidaste cuando eras aprendiza, ¿recuerdas? Las dos lo hicimos. Flor Crepuscular, su madre, lo protegía demasiado. Ni siquiera le dejaba salir.-soltó una triste carcajada.

-De verdad, lo siento mucho. Siento que haya muer...-Estrella Leonada la interrumpió.

-Él no ha muerto. Está presente, lo sé. Pero, esto no es por Patas Rojas. Es por... Garra Veloz.-murmuró.

De repente, unos gatos se acercaron desde los árboles. Estrella Leonada saltó de felicidad antes de correr hacia Garra Veloz. Había llegado con un gato desconocido, Zarpa Plateada, y parte de la patrulla. Tormenta Moteada no estaba. En ese momento, no le importó. Fue a saludar a Garra Veloz, restregándose contra su costado.

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Te extrañé. No me vuelvas a hacer algo así, ¿de acuerdo? Me asustaste mucho.-maulló.

-Estábamos en el campamento del Clan de la Sombra.-dijo.

-Cuéntamelo todo en mi guarida. Tú -se dirigió hacia el solitario de pelo largo.-, ven también.

-Debo contarte algo muy importante, Garra Veloz.-contó.

#1: Un nuevo amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora