16: Brisa y Zarpa Plateada

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Era el día siguiente, a la mañana. Zarpa Plateada curaba un corte que tenía Flor Crepuscular. Se había despertado quejándose de un dolor de pata.

-¡Ay!-exclamó la reina.

-¡Lo siento! Hum... Parece que aquí tienes clavada una astilla. No se ve muy bien. La tendré que sacar.-le dijo.

La gata asintió.

Cuando terminó, Zarpa Plateada se fue a la guarida de los aprendices. Quería ver a los nuevos aprendices. No se había presentado todavía.

Al llegar, lo que descubrió le asombró un poco. Zarpa Tormentosa y Brisa estaban sentados y ambos se decían cosas al oído. Al ver a Zarpa Plateada, se levantaron de un salto y se separaron. Brisa parecía avergonzada, por otro lado, Zarpa Tormentosa le guiñó un ojo a Zarpa Plateada. Parecía muy relajado.

-Hola. Soy Zarpa Tormentosa. Llámame "Trueno".-se presentó.

-Eh...Está bien. Yo soy Zarpa Plateada, aprendiza de curandera. Me alegra conocerte. Quería llevarme a Brisa por un rato. Iremos a caminar, ¿te importa?

-No, claro que no. Brisa, te veo más tarde. Tengo una sorpresa para ti. Te encantará.

Brisa soltó una breve carcajada y asintió.

Ya afuera, a la sombra de los árboles, empezaron a hablar.

-¿Qué ocurre?-cuestionó Brisa.

-Bueno, tal vez deberías tener cuidado con los machos. A veces hacen daño.

-¿Lo dices por Atigrado?

La gata blanca se sobresaltó. ¿Cómo lo sabía?

-Él me traicionó. Me dijo que me quería y se fue con esa tonta de Castaña. "Te quiero mucho, Atigrado, te amo te amo"-imitó con voz aguda.

Zarpa Plateada se relajó. Su secreto estaba a salvo. Las dos se rieron. Zarpa Plateada se sentía muy feliz. Con una gata tan graciosa y traviesa como Brisa, era imposible sentirse mal. Siguieron hablando un rato más y luego regresaron.

#1: Un nuevo amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora