Prólogo

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Recuerdo que aquel incidente se produjo en Alexandría - Egipto, un día antes de mi cumpleaños iba a cumplir 15 años y fui junto a mi madre al centro comercial, la estábamos pasando genial, nos sentamos a tomar un rico helado.

- ¿Cómo te sientes hijo a la previa de tu cumpleaños? - Me preguntó mamá.

- Feliz, aunque hubiera deseado que papá estuviera aquí - Contesté melancólico.

- Vamos Mazen no te preocupes de seguro él no desearía verte de esta manera. Alégrate ya eres todo un adolescente, tienes mucha vida por delante, el futuro depende de jóvenes como tú - Y al decir esto ella me tocó el hombro y yo sonreí.

Fue justo en ése momento dónde oímos gritos y vimos a varias personas corriendo, algunas tosiendo y cubriéndose la boca con sus remeras, camisas o el brazo. Mi madre y yo nos pusimos en alerta.

- ¿Qué está pasando? - Nos preguntamos extrañados, hasta que observamos niebla azul ingresando en el centro comercial.

Nosotros estábamos en el segundo piso y pudimos observar que las personas que entraban en contacto con eso, caían al suelo y sufrían de una clase de intoxicación. 

Nuestros rostros cambiaron a uno de miedo cuando vimos que estas personas se levantaban pero atacaban a las demás, mordiéndolos rabiosamente. Miré con horror toda la escena, hasta que mi madre me estiró de la mano bruscamente, pues no me había fijado que una de esas cosas me iba a atacar por el costado, entonces ella tiró su helado por la cara de éste sujeto que al mirarle noté su boca con sangre y baba.

Rápidamente corrimos entre la multitud con el fin de salir por la parte trasera en la salida de emergencias pero cuando abrieron la puerta, varios infectados subieron y nos atacaron, por suerte mi madre y yo nos alejamos de esa zona, pero fue algo tarde, pues  varias de esas personas rabiosas ya estaban en el segundo piso y la niebla estaba alcanzándonos. 

En desesperación decidimos saltar del otro lado al primer piso, yo había caído encima de mi madre, sinceramente no fue mi intención pero ella me abrazó y me dejó caer encima suyo.
Recuerdo que en aquel entonces ella se había torcido el pie derecho, la ayudé a ponerse de pie y miramos para arriba que los infectados se estaban lanzando del mismo modo desde el segundo piso de una manera tonta. 

Lo que más me asustó fue cuando uno cayó muy cerca de nosotros y se quebró el cuello pero comenzó a moverse y a ponerse de pie. 

Mi mamá no podía caminar y yo puse su brazo en mi hombro para ayudarla a huir de ese sector pero fue tarde, un infectado cayó sobre nosotros e intentó morderme pero mi mamá lo detuvo con las pocas fuerzas que le quedaba, el zombie entonces se lanzó encima de ella y la mordió directamente al cuello.

- ¡No! - grité asustado.

- Corre Mazen, corre - Oí decir a mi mamá mientras luchaba tendida sobre el suelo pero llegó otro zombie y comenzaron a devorarla.

Entonces miré a mi alrededor desesperado, ya no había nada que pudiera haber hecho, un infectado venía a mi dirección, me levanté e intenté correr pero este me agarró del pie y volví  a caer, el zombie me arrastró.

Sentía que todo acababa aquí, los latidos de mi corazón palpitaban en cámara lenta, mientras yo era banquete servido para un rabioso muerto de hambre, cuyas facciones eran muy pálidas y cuyos ojos blanco me indicaban la ausencia de su alma.

El infectado abrió su boca, era mi fin...

¡BANG! ¡BANG! ¡BANG!

Sangre salpicó por mi ropa, la piel se me erizó. El infectado quedó tendido en un charco de sangre, lo habían disparado.

Alguien me estiró del suéter, levanté mi mirada, era un soldado, pero no parecía de la milicia egipcia. Él me apartó del lugar y más de ellos ingresaron armados al centro comercial con mascarillas anti-gas para cometer uno de los más grandes y violentos exterminios que nunca antes había presenciado en mi vida. 

Oí a lo lejos los disparos y los gritos, me sentía mareado y lo último que ví fue una peculiar insignia inscripta en el brazo del vestuario del soldado que me rescató, la insignia de la B.S.A.A.

Resident Evil: Misterios en AfricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora