VI
Mayo, 2017.
Estaba en la misma bodega que anoche, había luz artificial y no se podía ver nada de lo que había afuera gracias a la ausencia de ventanas. Sentía como el sudor con me imagino sangre recorría mi espalda, manchando la camisa del colegio, sentía dolores por todo el cuerpo, pero más en mis costillas y en la parte de atrás de mi cabeza, la debilidad que tengo hace que no pueda mantener de todo firme la cabeza.
Se volvió a abrir la puerta a mi espalda, estaba segura que tenían cámaras para ver cuando estaba consciente y cuando no, solo se escucho unos pasos de una sola persona, me sentía cansada, física y emocionalmente, es estrés esta a poco de acabar conmigo.
―Hola Geovanna ―me susurro al oído, yo me estremecí completamente
Camino hasta estar frente a mí, me miraba con atención y yo trataba de mantener la cabeza erguida para verlo, pero fallaba, soltó una pequeña risa, fue algo diminuto, pero el acto estuvo muy presente, estaba perdiendo, mi voluntad la sentía acabada.
Empezó con un ligero toque en mi rodilla y de allí se fue a toda mi pierna.
―No por favor―dije en un susurro, pero él se agacho al frente de mi
―¿No qué?― pregunto bruscamente tomando mi barbilla y levantándola para que lo mire a los ojos
―No me hagas nada― le dije tratándolo de mirarlo a los ojos.
―Pero nada más mírate, has crecido tanto, te has convertido en toda una mujer― dejo mi barbilla sin soporte y volvió a tocar mis piernas
De un momento a otro dejo mis piernas y abrió mi camisa, escuche como los botones caían al suelo, mi torso esta al aire, el con manos desesperadas llevo las manos a mi brasear manoseando toda la zona.
―¿Sabes algo? ―pregunto siguiendo manoseando- he querido hacer esto y más desde hace tiempo pero tienes razón, nada mas mírate, estas asquerosa
Y se alejo de mí, pero cuando pensé que ya estaba a salvo vinieron dos golpes, uno a mano cerrada y otra a palma abierta.
De resto...todo negro.
Dentro de mi oscuridad sentía que alguien estaba tocando mi rostro, pero eran más carisias cariñosas que de otra cosa, aun así, pienso que logro su cometido de despertarme, abrí los ojos de par en par, el sitio estaba completamente oscuro, pero si veo a una sombra, una gran sombra, tengo ganas de gritar pero fue en ese momento que vi quien era y me quede completamente callada.
No lo podía ver bien, pero sus siguientes acciones me dejaron completamente desconcertada.
Se inclino y beso cada uno de mis parpados, cuando se separo abrí los ojos intrigada, fue en ese momento en el que beso la punta de mi nariz, dejándome extrañada, pero fue lo último que hizo que me dejo pasmada pero maravillada a la vez, hizo una pequeña presión en mi frente, fue tan pequeña que podría decir que simplemente rozo sus labios con mi piel.
Se acerco a mi oído y susurro un:
―Descansa
Y no sé si fueron los medicamentos o el estrés acumulado, pero en cuanto volví a cerrar los ojos, caí en los brazos del dios del sueño, estaba en los brazos de Morfeo.
Abrí rápido mis ojos porque sentía que alguien me estaba mirando muy fijamente y efectivamente a unos escasos cuarenta centímetros de mi cara estaba un rostro con una cabellera rubia, mirándome con ojos verdes curiosos, al verla tan cerca hizo que soltara un pequeño grito.
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Roja como la mafia.
RomansItalia, todo el mundo describiría a este país como un lugar de contrastes, donde la historia se mezcla con la actualidad, donde lo de antes se mezcla con el ahora, otros describirían a Italia como un museo andante, y si, definitivamente lo es, pero...