CAP. 3 DEJA DE GRITAR

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Cuando la vi en la roca fui a ella para conocer un poco más de su vida.
—Lamento haberte dejado de lado, pero el trabajo está muy pesado por ahora. —decía a través del teléfono.
Se había cambiado.
Ya no llevaba puesto el uniforme de empresaria perfecta.
Ahora es solamente ella.
—Yo también te extraño y desearía que ahora mismo estés aquí conmigo —dijo— pero supongo que aún permaneceras ahí.
Jamás había prestado atención a sus facciones.
Verla de perfil es diferente al verla de frente.
Especialmente cuando se enoja, se ve horriblemente linda.
—Te amo —le dijo y luego sonrió— eso espero, porque no pretendo quedarme viuda sin siquiera casarme.
Es una fiera conmigo pero mirenla ahora toda una gatita con su futuro esposo.
—Bueno, adiós y ahora si contestaré tus llamadas.
Soltó una carcajada y colgó.
—Así que no respondías a tu novio por culpa mia. —le dije apareciendo a su lado
—¿Qué haces tú aquí? —preguntó levantándose.
—Vine a ver el atardecer.
—Deberías estar en tu cama.
—Debería, pero estoy aquí con mi novia falsa.
—Vamos Skars... Como sea.
—¡Skarsgård! —le corregí por milésima vez.
—Es complicado, no pretendas que lo memorice de inmediato.
Suspire y ella se puso detrás mío para hacerme girar en la silla de ruedas y llevarme a la casa.
—Permaneceras aquí, y solo aquí. —me dijo cuando llegamos a la habitación.
—¿Le contaste a tu amante que estoy en TU casa? —preguntó.
—No es mi amante.
—Lo es, porque yo soy tu novio —la moleste.
Adoro hacer eso.
—Dilo una vez más y no me importara que estés herido.
—Conmigo si eres toda una fiera salvaje pero con tu amante... Una mansa gatita.
—Me haces perder la paciencia. —me dijo.
—No pretendas que voy a pasar por alto que me hayas atropellado. —Le dije
—Me pediste tu millón de dólares, tus salidas al teatro y a tu maldito lugar favorito más una empleada ¿algo más se te olvido pedirme? Porque te recuerdo que ya cerramos el acuerdo.
—En ningún momento dije que no te molestaría y tú no mencionaste nada de no molestarte, así que no estoy rompiendo ningún trato.
Ella gruño y me ayudó a subir a la cama.
Me cubrió con la cobija y cerró las cortinas.
—¿Me quedaré aquí? ¿Mirando a la pared? —le pregunté fastidiado.
Suspiro y fue a una pequeña repisa de libros.
Eligió una y me la tiro en el estómago.
La miré mal.
—Lee eso cretino. —me dijo y salió de la habitación.
Giré el libro: Bibliografía de Steven Mick un empresario reconocido por su organización y planificación de proyectos en la Corporación de textil.
Aburrido...
Deje el libro a un costado y pensé.
Vamos Bill piensa, ¿qué podemos hacer para molestar a la empresaria?
—Jones...—la llamé, no hubo respuesta— ¡Jones! —volví a llamarla, tampoco hubo respuesta— ¡JONES!
—¡Que! —llegó a la habitación.
—Necesito ir al baño. —le dije.
—Pues ve... —me miró— no creas que yo te llevaré.
—Tienes que, nisiquiera puedo caminar. —le dije.
Ella gruño y susurro algo que no escuche.
—Veamos... —me ayudó a levantarme y me sento en la silla.
Me sacó de la habitación y me llevó al sanitario.
Me dejó entrar solo y cerró la puerta.
Me miré al espejo, mi rostro estaba demacrado y tenía ojeras.
Claro, si en la clínica nisiquiera podía dormir, la cama era muy incómoda y había mucha bulla afuera.
Cada día nace un niño y las mamás gritan... ni tienen idea.
Fueron madrugadas terribles.
—¿Ya...? —preguntó desde afuera.
—Tienes que entrar ayudarme. —le dije.
—¡Estas loco! —se quejó.
—¡Entra! —le ordene.
Pasaron un par de segundos hasta que la puerta se abrió lentamente y ella entraba con su manos tapando sus ojos.
—¿Enserio? ¿te cubres lo ojos? —rei.
—No puedo serle infiel a mi novio, nisiquiera con el chico que atropelle. —me dijo.
Ojalá existieran más chicas así.
—No estoy desnudo genia, estoy enyesado por todas partes ¿lo olvidas?. —le dije.
Ella bajo su mano y abrió sus ojos.
Me sentó en la silla y me saco del baño.
—Ahora si quédate quieto aquí y no me interrumpas que tengo mucho trabajo. —me dijo.
—Como mi novia falsa diga. —contesté.
Ella arrugo la nariz y salió nuevamente de la habitación.
Salí de las cobijas que cubrían mi cuerpo y me volví a subir a la silla de ruedas.
Salí de la habitación y la vi en la mesa con muchos papeles.
Leyendo, escribiendo y luego firmando y haciendo cosas que toda empresaria hace.
Se la ve tan concentrada, que pena que sea yo quien la interrumpa.
—Tengo hambre. —le dije.
Ella dejó sus papeles y suspiro fuerte.
—¿Estas jodiendome? —se quejó y se levantó de la silla.
—¿No...? Solo tengo hambre. —le dije "inocente"
—¡Estoy tratando de concentrarme con estos malditos documentos y tú lo único que haces es llamarme para cualquier cosa que quieras! —empezó alzar la voz— ¡NO SOY TU EMPLEADA SKARSGÅRD!
Respiró y bajó la mirada.
Se formó un silencio incómodo, felizmente soy muy bueno en esto.
Aclaré mi garganta y hablé.
—Primero: DEJA DE GRITAR, loca —le grité— y segundo: finalmente dijiste bien mi apellido, gritando pero bien.
Sonrió por lo bajo y me miró.
—Estoy empezando a odiarte. —me dijo saliendo de la sala.
Supongo que iba a la cocina a prepararme algo.
La seguí y la encontré abriendo la nevera.
—Desearía decirte que soy buena en la cocina pero no puedo.
—¿Estas bromeando? —esto no me lo esperaba.
—Como tú dices soy una empresaria presumida Skarsgård, no puedo ser buena en todo. —dijo orgullosa.
—Yo soy actor y también cocino, canto y algunas veces bailo.
Ella río.
—¿Actor? —preguntó— nunca te vi en ninguna película ni serie ni telenovela.
—Pues deberías ver más televisión.
—No soy tan fanática de los programas, por eso mi novio también es empresario.
—¿Al que nunca ves? —pregunté burlandome.
Y ahora que lo pienso... Fue mala idea, nunca se metan con los sentimientos de una mujer enamorada, nunca.
—Ambos estamos en constantes viajes y digamos que es un poco imposible vernos, si él está por Europa yo estoy en Asia. Es difícil coincidir en algún lugar.
—Pues si yo estuviera en su lugar buscaría la manera de coincidir o hasta aguantaría dos días en el avión solo para verla cinco minutos.
Ella me miró y bajó la cabeza.
Creo que tampoco debí decir eso, Skarsgård controla las palabras.
—¿Enserio tienes hambre? —cambió de tema— para llamar a Carl.
Asenti.
Creo que la hice sentir mal y no quería hacerlo, almenos no del todo.
Esa relación no me parece para nada estable.
A este paso dudo mucho que se casen.
—Enseguida traerá pizza. —me dijo.
—Ok... —dije y ella salió de la cocina.
Volvió a sentarse y ver sus papeles.
Pensaba y analizaba cada palabra, que tal concentración.
Me acerqué a ella para ver lo que leía.
Carta de publicidad.
Aburrido.
—¿Te importa? —preguntó mirándome.
—Ah no... —contesté.
—Bill... —suspiró.
Retrocedi un poco para mirarla a los ojos.
—Quiero ayudarte. —le dije sincero.
Me sentí basura cuando la hice sentir mal, no era mi intención lo juro.
—Si quieres ayudar solo quédate en la habitación y no me interrumpas. —dijo sería.
Enserio es bien fría.
—Oye —me miró a los ojos— lamento haber dicho que no ves a tu novio mucho tiempo...
No dijo nada, ahora si que es un momento incómodo y no se como seguir.
—Lo lamento Jones, sé que te dolió pero no seas indiferente, porque eso duele aún más.
Ella cambió su mirada y no dijo nada.
Bueno lo mejor es dejarla sola supongo.
Así que me di vuelta con la silla de ruedas y me fui a la habitación.
Tengo tantas ganas de salir a la playa, pero seguro que ella se va enojar.
Desvíe mi camino hacia la puerta de salida, que más da igual ella ya está enojada.
No puedo prender fuego, donde ya arde una gran llama.
Es hermoso aquí, mirar el atardecer y sobre todo en la noche.
Solo se escucha las olas del mar y una Luna muy brillante.
Muy hermoso.
Ella me hace acordar mucho a mi madre, tan bella, tan distinguida, tan amable e irritable a la vez, con mucho carácter y confianza en sí misma.
Una mujer hermosa a su manera.
Lástima que está comprometida, me distraeria mucho acortejarla.
—¿Qué rayos Skarsgård? Tú nunca obedeces ¿verdad? —me dijo viniendo a mí.
La imite de una manera exagerada, ella me miró sería.
—No es gracioso. —dijo.
—Si lo es, tan solo debes mirar tu rostro cuando te enojas.
—Vamos que Carl ya llegó —dijo ignorandome.
—¿Tan pronto? —pregunté sorprendido
Asintió con la cabeza y camino.
Aclare mi garganta para que se diera cuenta que se estaba olvidando de mi.
Se detuvo y giró a verme, regresó por mi y me empujó hacia la casa.
—Chicos, coman yo seguiré avanzando con el proyecto. —nos dijo.
—Come un poco empresaria, tomate un descanso. —le dije.
Ella me miró y luego miró a Carl.
—Estaré en la sala. —me ignoró otra vez y salió de la cocina.
Auch.
—¿Qué onda con su actitud? —le pregunté al asistente.
—Ella es así. —me dijo.
—¿Tiene algún problema? ¿desde cuando no tiene relaciones? —pregunté.
Él me miró soprendido y dejó de comer.
—No preguntes eso ni en broma y menos se lo preguntes a ella.
—¿Le tienes miedo? —pregunté con la boca llena.
—No, pero la respeto, ella me dio el trabajo cuando más lo necesitaba y nunca me olvidaré de eso. —me dijo.
—Bueno, parece presumida. —cambie de tema.
—Solo está nerviosa y estresada Bill, además extraña a su novio, no la veo muy feliz con su compromiso. —admitió.
—Ahora que lo dices yo tampoco. —comente.
—Sea como sea ella es muy diferente a las jefas que he tenido.
—¿Porque es más mandona? —pregunté.
—No...
—¿Renegona?
—¡No...!
—¿Irritante? ¿obstinada?
—No. —me miró— mejor me voy ayudarla.
Se levantó y se fue.
Bueno más pizza para mi.
✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨
Gracias a todas! 😻
No pensé q en tan poco tiempo leyeran esto 😻😻
Graciassss!!!
R💘

Mi desconocido (Bill Skarsgård y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora