Deseos de un cupido [Viktuuri/Yuuvik]

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—Ven.

Tomás de mis manos, guiándome por todo un camino desconocido. Explorar el mundo se ha vuelto algo común entre nuestros pasatiempos juntos.

—Observa Yuuri.

Te detienes disminuyendo cada vez más tu velocidad, para mostrarme lo poco que la copa de esos árboles permitían mostrar.

—Es igual...a la noche en la que nos vimos por primera vez.—sonríes y la poca luz se refleja en tus ojos.

¿Cómo sabes de ese primer encuentro?

—¿Q-qué estás diciendo? ¿Me viste?

—Yuuri estaba envuelto en ropas igual que ahora. Tus orejas resentían el frío y humo salía de tus labios. Era casi imposible ignorarlo.

Esta era igual a aquella vez, en la que aunque tu corazón estuviera triste tus ojos reflejaban esperanza. Simples cosas que me cautivaban.

—También, hoy vimos un atardecer semejante al que nos unió en palabras por primera vez. O al menos en una conversación más allá de los tres versos.—te burlaste.

Recuerdas todo, absolutamente todo, y de una manera tan perfecta que ni yo describiría tanto detalle.

—Viktor, ¿hace cuanto de eso?

—Diría que 3 meses.

—Y, después de todo, ¿eres feliz?

—Lo soy.—sonríes—Y es todo gracias a ti.

Tus mejillas se sonrojan un poco; no se decir si por el frío o por la vergüenza. No te preocupes, yo haría lo mismo.

Estamos a febrero y los altibajos que mi corazón da al estar junto a ti siguen siendo igual que cuando te vi ese día hace tres meses. Alguien normal ya habría muerto de un paro cardiaco o es solo algo común en gente enamorada.

¿Podré aguantar por mucho dejar de ser caprichoso? ¿Solo seguiré observando cómo hasta ahora?

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