Capítulo 28

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-¿Qué cenaremos Greta?.- Pregunté adentrándome en la cocina siguiendo el exquisito aroma a pavo horneado.

-Pavo y papas con mantequilla.- Dijo dándose la vuelta para si reírme y seguir con su tarea de picar las patatas sobre la isla de la cocina.

-¿Dónde está mi abuela?.- Fruncí el ceño al no notar señales de la mujer alrededor de la casa.

Observé a Greta bajar la mirada y guardar silencio ignorando por completo mi pregunta.

-¿Greta?.- Pregunté otra vez.

-En su despacho. Está atendiendo a una visita, son asuntos de ella niña Camila.- Se encogió de hombros y yo asentí algo dudas aún.

-Estaré en mi habitación.- Respondí dejando la cocina con rapidez.

Pero no me dirigí escaleras arriba, sino que continúe sigilosamente a lo largo del pasillo hasta estar fuera del despacho de mi abuela. La puerta estaba entre abierta y las voces en el interior eran meros susurros que apenas podían oírse.

-Así que ¿Me darás el dinero?.- Un momento, ¿Sasha y mi abuela en una misma habitación sin gritarse?

-Con tal de que desaparezcas de nuestras vidas puedo darte millones.- Dijo Margaret y pude ver su rostro implacable a través de la ranura en la puerta.

-¿Y con tal de que no diga la verdad? ¿No es así?.- Puse especial atención a sus palabras. Podía detallar su silueta de espaldas a la puerta y de frente al escritorio de mi abuela- ¿Por qué no quieres que lo sepa? Después de todo es una bastarda que no lleva tu sangre.

-No digas esas cosas. Comparte la sangre de mí otra nieta y mi hijo la quiso como si fuese suya.- Contestó mi abuela de inmediato entre dientes- Ella es una Cabello.

-Mi pobre marido sólo vivió engañado dando amor a una niña que no era suya. Eso es patético.- La risa repudiable de aquella mujer me revolvió el estómago.

-Camila es tan hija de él como Victoria. Ella no tiene culpa alguna de tener a una madre como tú.

Me paralice al escuchar mi nombre en esa conversación y no pude moverme de mi lugar mientras sentía que asfixiaba en medio del pasillo. No, no puede ser.

-¿Camila?

La voz de mi hermana al final del pasillo me alertó y también a las dos mujeres dentro de la habitación. Sobre todo a Margaret quien abrió sus ojos ampliamente conectándolos con los míos a través de la pequeña fisura entre a puerta y el marco de ésta. Ignoré a Victoria y con piernas temblorosas tuve la valentía de internarme en aquella habitación en donde la tensión era palpable.

-Camila.- La voz de mi abuela fue apenas un suspiro lleno de temor.

-¿Es cierto?.- Sólo pude preguntar sintiendo mi voz entrecortada.

-Cariño....- Intento explicarse pero la interrumpí sintiendo las lágrimas quemar mis ojos.

-¿Es cierto?.- Pregunté alzando la voz quebrada conteniendo el nudo en mi garganta.

-Claro que lo es dulzura. No trates de negarlo Margaret, es hora de que la muchacha sepa que no es quien cree ser cada día qué pasa en esta casa.- No podía entender cómo aquella mujer que se hacía llamar mi madre resultaba ser tan cruel.

Illusion (Camren) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora