Capítulo 15

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Gruñí sin dejar de golpear con fuerza el saco que se balanceaba de un lado a otro frente a mí. Podía sentir como el sudor comenzaba a estar presente en mi nuca y cuello además de lo dormido que se encontraban mis brazos quienes pedían a gritos un descanso. Pero no podía detenerme, al menos no hasta que sintiera que toda mi molestia había sido drenada fuera de mi por el deporte. La mirada indescifrable que me dio Camila justo antes de marcharse como yo se lo pedí no salía de mi cabeza y sólo parecía confundirme más. He estado tratando de convencerme mentalmente para olvidarme de ella durante días y sin embargo sigue estando presente, lo que provoca que esté constantemente preguntándome cómo es posible que en tan sólo tres meses alguien se vuelva tan importante para ti.

-No sé que es lo que te ocurre pero estoy seguro de que el saco no tiene la culpa.- La voz de mi padre resonó en el lugar con un ligero eco, y detuve mi golpes para buscarlo.

-Sólo tengo que seguir.- Contesté con la respiración agitada dándole una rápida mirada al hombre de pie a unos cuantos metros justo al lado de ring.

-El gimnasio cerró hace más de una hora.- Dijo echándome un vistazo a su reloj de muñeca.

-He charlado con Donnie. Le he prometido acomodar los implementos y encárgame de cerrar.- Di dos fuertes puñetazos al saco negro mientras giraba con ligeros saltos alrededor de él.

-Tal vez deberías detenerte. Ni siquiera estás usando guantes, un poco más y te sangraran los nudillos.- Comentó acercándose mientras caminaba con las manos tras la espalda.

Me detuve luego de dar fuerte gancho contra el saco ocasionando que este se sumergiese en un vaivén constante antes de ser detenido por mi padre quien dio dos palmadas contra la lona. Su mirada cayó en mi otra vez pero la evite a toda costa dándome la vuelta para caminar hasta un banquillo y coger venda de mi bolsa de deportes. Me concentré al máximo en vendar mis nudillos otra vez con una tela totalmente nueva esta vez para así evitar el dolor que me invadirían al cerrar los puños por la mañana.

-¿Por qué no la buscas?.- Su pregunta me sorprendió un poco y lo miré de reojo con el ceño fruncido.

-¿De qué hablas?.- Pregunté terminando con mi tarea.

-De Camila. La razón por la que te peleaste con Elliot, la razón por la que no regresas al departamento desde hace unos días y la razón por la cual llevas horas golpeando aquel saco.

Lo miré manteniéndome en completo silencio y él soltó un suspiro tomando asiento junto a mí.

-¿Cómo está Elliot?.- Pregunté dándole una mirada apenada y el hizo una mueca.

-Afortunadamente no le rompiste la nariz.- Contestó intentando hacerme reír y lo consiguió fácilmente- Él lo entiende. Sólo estaba intentando ayudarte.

-¿Por qué es tan difícil una relación?

-Porque con ella viene la parte del amor.- Rió moviendo repetidas veces sus cejas- Estás enamorándote Lauren.- Aseguró luego de unos cuantos segundos de silencio.

-Creí que eso no ocurriría jamás.- Murmuré rascando mi nuca antes de llevar dos dedos al puente de mi nariz- Pero es que Camila es distinta a todas las otras chicas. Puede ser dulce y atrevida a la vez, y eso me vuelve loca.

-Entonces no te rindas e inténtalo otra vez. Estoy seguro de que ella está a la espera de alguna extraordinaria acción llena de romanticismo al estilo Jauregui.

Illusion (Camren) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora