Illusion (Camren) [EDITANDO]

Capítulo 34

-No tienes que seguir haciendo esto.- La voz de papá estaba intentando hacerme entrar en razón- No hay nada de malo en retirarse con la frente en alto.

-No lo haré.- Rugí mientras Donnie terminaba de curar mi rostro- No me iré de aquí sin derribarlo.

-Por favor amiga. Ya tienes el dinero para Jacob en tu bolsillo por haber llegado hasta aquí. Van a terminar matándose ¿Lo sabes no?

La campana sonó otra vez y yo dejé mi banquillo de un salto haciendo caso omiso a sus palabras exigiéndole a Donnie que me diese mi placa para volver al centro del ring. Mis músculos comenzaban a fatigarse y mi pómulo derecho estaba algo hinchado dificultándome la visión con aquel ojo. Tony me veía con la mirada entrecerrada mientras girábamos en lentos círculos alrededor del cuadrilátero.

-Puedes salir corriendo ahora.- Lo oí decir a través de todo el ruido en la arena- De todos modos te derribare.

-Sí que te ha dolido ser derrotado por una chica ¿No?.- Supuse con tono burlón- No puedo ni imaginar cómo quedará tu ego después esto.

Con gruñido lanzó los primeros puñetazos en mi dirección los cuales logré evitar sin mucha dificultad. Los pasos y movimientos de ambos eran más lento lo que provocaba que fuésemos predecibles el uno para el otro. Di golpes limpios en su abdomen y mandíbula enviándolo unos cuantos pasos hacia atrás, pero en un parpadeo me tomo con la guardia bajo y aprovecho la oportunidad para darme golpes secos en las costillas. Pase uno de por su cuello reteniéndolo y asestando un puñetazo en su nariz mientras él daba reiterados golpes en mi hombro intentando zafarse de mi agarre.

-¡Sepárense! ¡Sepárense!.- Escuché los gritos del árbitro quien estuvo sobre la lona en cuestión de segundos para alejarnos.

En cuanto estuvimos a una distancia adecuada la pelea continuó. Podía sentirme algo desorientada y aturdida pero sacudí la cabeza repetidas veces tratando de despejarme. Un dolor punzante invadía mi hombro cada vez que movía mi brazo para lanzar un golpe o un gancho y eso estuvo complicándome las cosas durante el resto del tercer round.

-¿Aún puedes ver algo por este ojo?.- Preguntó Donnie en cuclillas frente a mí.

-Sí, lo hago.- Conteste en un gutural gruñido al sentir la mano de mi padre presionar mi hombro.

-Lauren, está dañada la articulación mientras más lo muevas será peor.- Advirtió pero yo no podía apartar la mirada de Tony al otro extremo del ring.

-Puedo seguir. No es nada sólo......voy a continuar dije antes de aceptar un poco de agua para enjuagar la sangre de mi boca y escupir en el balde de metal de Dani sostenía.

La campana sonando por cuarto vez justo antes de que ambos contrincantes comenzáramos a lanzar golpes en contra del otro de manera desesperada. Trataba de emplear mis ejercicios. Golpe. Gancho. Evadir. Proteger. Pero Ride no me iba a dar ni una sola ventaja a esas alturas de pelea por lo que estaba constantemente dando golpes firmes. Di giró dejando caer mi puño en su nuca dos veces seguidas haciéndolo trastabillar hacia en lateral del ring, logró sostenerse de las tensas cuerdas y le di espacio para ponerse de pie. Se levantó alzando su brazo con fuerza y mandándome a volar hacia atrás con un golpe que evidentemente no vi venir. En esos momentos ya era mono vidente a causa del los hematomas que le impedían la visión a mi ojo derecho.

En cuestión de minutos estábamos tomados otra vez mientras yo dañe repetidos puñetazos en su abdomen quitándole aire y él volvía a golpear mi hombro para zafarse. Miré en dirección a la multitud intentando encontrar mi fuerza entre ellos pero ella no estaba allí. Me costaba oír los gritos del público pero podía distinguir mi nombre en algunos de ellos, esforzarme por escuchar me distrajo y entonces sólo pude oír el crujir de unos huesos y un extenso dolor recorriéndome el brazo izquierdo. Con un desgarrador grito saliendo de mi garganta caí de rodillas sobre la lona mientras de fondo se escuchaban los gritos ahogados de todo el mundo a mi alrededor. Un último golpe firme en el costado de mi cabeza me envió hacia un costado provocando que todo a mi alrededor se sumiese en una profunda oscuridad al cerrar mis ojos.