Illusion (Camren) [EDITANDO]

Capítulo 6

-¡¿Te peleaste con Aiden Monroy?!.- Exclamó Elliot sin poder creerlo mirándome realmente impactado.

-Así es. El buscó pelea yo sólo le respondí.- Me encogí de hombros acomodándome en el sofá y poniendo los pies sobre la mesa de café.

-Y terminaste con el golpe en tu labio.- Mi padre dijo entrando en la sala antes de tendernos unas cervezas y ocupar su lugar en su sillón reclinable.

-Esto no fue nada papá. Le rompí la nariz.- Contesté intentando restarle importancia al asunto- Y además conseguí el dinero que necesitaba.

-¿Para qué exactamente?.- Preguntó alzando una ceja a la espera de una respuesta.

-El torneo estatal de boxeo.- Sonreí con orgullo pero dejé de hacerlo al ver la expresión en el rostro de papá- ¿Qué dices?

-Por supuesto que no.- Respondió rápidamente al tiempo en que negaba con la cabeza. Lo observé sin comprender su actitud incorporándome en mi lugar.

-¿De qué hablas? Sabes cuánto he esperado una oportunidad así.- Me quejé pero a él no pareció importarle.

-No lo harás. No es lo mejor para ti hija, le prometí a tu madre que no te lastimarían y no lo harán.

-Claro que no lo harán, porque no permitiré que me golpeen. ¡Puedo noquearlos en menos de un minuto!.- Exclamé tratando de hacerlo entrar en razón.

-No estoy de acuerdo Lauren. Es mi última palabra.- Iba a seguir discutiendo pero la puerta principal se abrió y segundos más tarde Dinah y Ed estaban en la sala.

-Buenas noches familia, ¿Listos para una cena cargada de noticias?.- Preguntó Edward agitando sus cejas.

-¡Claro que si! Adelante pueden tomar asiento. Ayudaré a bella en la cocina, y tu Elliot pondrás los cubiertos.- Señaló a mi hermano quien gruño antes de ponerse en pie a regañadientes.

-¿Por qué tienes esa cara?.- Miré a la rubia alzando una ceja ante su repentino interés por mí.

-Sólo discutí con Louis.

-Lo has llamado por su nombre, esto va en serio. ¿Qué ocurrió?.- Ed me incitó a hablar pasando un brazo por los hombros de su chica.

-No quiere que participe del torneo.- Murmuré frustrada.

-Y tiene toda la razón.- Dijo mi hermano y lo miré sin poder creer lo que decía- No me mires así. No sabes con lo que te encontrarás.

-¡No me lo puedo creer! ¡Nadie en esta familia me da el más mínimo apoyo!.- Gruñí poniéndome en pie para caminar de un lado a otro enfadada.

-Yo no soy de la familia pero si te apoyo.- Mis ojos cayeron en Dinah instantáneamente y jamás pensé en sentirme tan agradecida de sus palabras.

-Muchas gracias cuñadita.- Dije con sinceridad.

La puerta de entrada se abrió de golpe y se cerró con un fuerte estruendo anunciando la llegada del menor de mis hermanos. El castaño parecía molesto ya que sus actitudes lo delataban al instante como a cualquier Jauregui.

-¡Odio a las mujeres por ser tan malditamente complicadas!.- Gritó para después subir las escaleras de dos en dos y encerrarse en su cuarto dando un portazo.

-¿Es el día del enfado Jauregui?.- Dinah miró al ojiverde junto a ella frunciendo el ceño.

-Eso parece.