Capítulo 4

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-Y con todo esto son.....¡Dos mil dólares! ¡No sabes cuánto te amo Jauregui!.- Exclamó eufórico Daniel abrazándome por los hombros aún con todos los billetes en su mano- ¡Torneo allí vamos!

-Ya me imagino cuál será tu reacción cuando consiga los diez mil dólares.- Reí antes de volver a mi tarea, que consistía en dar duros golpes al saco de color rojo colgado enfrente de mí.

-Eso y mucho más.- Negué al notar su mirada y sonrisa ambiciosa.

-Deja ya de pensar en el dinero. Lo importante es el boxeo en este momento.- Recordé sin dejar de dar vueltas en torno al saco asestando firmes golpes en él.

-¡Oh vamos! Debes admitir que esto te beneficiará tanto como a mí.

-Tal vez.- Me encogí de hombros pero entonces entre todos los estudiantes que se encontraban utilizando el gimnasio en ese preciso momento la noté.

En una de las máquinas corredoras se encontraba Camila vistiendo unas apretadas calzas y un camiseta gris acompañados de unas zapatillas deportivas. Traía el cabello atado en una coleta alta y los auriculares puestos mientras corría sobre la banda negra tratando de regular su respiración. Una sonrisa de formó en mi rostro y dejé caer los brazos a los costados sin dejar de observarla.

-Te veré después.- Palmeé el hombro del rubio y este me miró confundido dejando de prestar atención al dinero.

-¿A dónde vas?.- Siguió mi mirada dándome un codazo juguetón- Ya veo. La ardiente morena te trae loca, ¿No es así?

-Cierra la boca.

Dejándolo atrás comencé a caminar en dirección a Camila escuchando aún la risa de Daniel a mis espaldas. Al llegar junto a ella me quedé de pie a unos cuantos pasos de la corredora tan sólo observando lo concentrada que lucía mientras su pecho subía y bajaba ligeramente gracias a su irregular respiración. Entonces decidí ocupar el lugar junto a ella instalándome en la corredora continúa a ella y comenzando con un ligero trote. El movimiento llamo de inmediato su atención y de reojo noté como se quedaba viéndome por algunos segundos.

-¿Estás siguiéndome o algo por el estilo?.- Preguntó divertida quitándose uno de auriculares para poder escucharme.

-¡Hola Camila! No había notado que estabas aquí.- Dije fingiendo sorpresa dejando de ver hacia el frente para enfocarme en ella.

-Oh ya veo. Te harás la desentendida para seguir acosándome.- Dedujo riéndose ligeramente y contagiándome.

-¿Funciona?

-Ni un poco.- Negó con la cabeza y fingí frustración tan sólo para oírla reír otra vez- De todos modos ¿Qué haces aquí?

-Pues yo entreno a diario en aquel cuadrilátero, así que la verdadera pregunta es ¿Qué haces tú aquí?.- Alcé una ceja esperando una respuesta mientras ella rodaba los ojos.

-Sólo mato el tiempo mientras Aiden está en sus prácticas.- Se encogió de hombros.

-¿No deberías estar allí para apoyarlo como toda novia de jugador?.- Pregunté confundida y ella hizo una mueca.

-A él no le agrada esa idea.- Fruncí el ceño antes de soltar un comentario que no debía.

-Por supuesto. Así puede lucirse con las otras chicas.- La morena junto a mí me miró rápidamente y una expresión de dolor recorrió su rostro- Lo siento. No quise...

-Está bien.

Nos quedamos en un incómodo silencio oyendo las voces y bullicio que los demás a nuestro alrededor emitían. En aquel pequeño lapsus de tiempo sólo me dediqué a seguir corriendo tratando de pensar en una forma para romper el silencio sin hacer la situación aún más incómoda.

Illusion (Camren) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora