Cuando Jongin despertó el martes por la mañana, estuvo desconcertado por un segundo.
Las luces entrando al cuarto no se sentían normales y no podía escuchar los ruidos de sus vecinos de arriba. Sus sábanas no olían a flores como el polvo de lavar que él usaba. Su pánico solo duró medio segundo... después abrió los ojos y se topó con una mata de cabellos rojizos con piel blanca y pestañas oscuras. Se dio cuenta que el intenso calor que sentía, emanaba del chico a su lado y se relajó.
El cuarto estaba en silencio, no se escuchaba nada más que el tráfico a lo lejos, y el respirar de Kyungsoo en su oído. Jongin dejó salir un lento y profundo suspiro, viendo hacia abajo para poder admirar bien la cara del chico.
Dejó que su mirada disfrutara cada centímetro, desde sus mejillas hasta la pequeña sonrisa que tenía aun cuando dormía.
Jongin sabía lo que sentía por el chico, pero era difícil descifrar a Kyungsoo. A pesar de que sus ojos grandes siempre reflejaban sus emociones, ¿cómo saber lo que sentía? Tenía tantas facetas, podía ir de juguetón e inmaduro a sexy e intimidante en tres segundos, y al moreno se le dificultaba desenvolver el gran misterio de quién era Do Kyungsoo.
Jongin deseaba que el pelirrojo fuera quien él quisiera ser.
Él se sentía libre de ser él mismo cuando estaba con Kyungsoo, y quería ser exactamente lo mismo para el otro chico.
Deslizó su mano sobre su cabello suavemente.
Y se le ocurrió una idea.
Aunque un poco tonta...
Se le ocurrió que de todas las veces que Kyungsoo le había hecho el desayuno, ni una sola le había devuelto el favor... aunque la verdad no tenía caso. Los omelettes de Kyungsoo eran probablemente lo mejor del mundo.
Jongin se desenredó de las sábanas lo más rápido y silencioso que pudo, siempre mirando a Kyungsoo, para asegurarse de que no mostrara señales de despertarse. Una vez que se aseguró de ello, lo miró un poco más y sonrió. Se puso sus botas de nuevo y salió de puntitas del departamento asegurándose de dejarlo sin seguro, para poder entrar de nuevo.
Obviamente no intentaría cocinar algo; Jongin y la cocina no se mezclaban bien.
Había un pequeño café justo en frente de la parada de autobús donde él había estado ya varias veces; era ahí a donde se dirigía. Era una mañana fría, metió sus manos en las bolsas de sus pantalones. La idea de un café fuerte y los pastelillos más dulces que pudiera encontrar lo emocionaba.
Estaba exhausto y apenas eran las ocho y treinta; lo que significaba que no había dormido ni cinco horas. Pero a pesar de eso, Jongin hizo tiempo récord en ir y volver del café; no le gustaba la posibilidad de que Kyungsoo despertara y pensara que se había ido sin decir adiós, porque él bien sabía lo que se sentía.
La excursión tomó quince minutos, pero en ese tiempo Junmyeon se había despertado y salía de la segunda habitación bañado y vestido, luciendo completamente despierto a pesar de haber dormido probablemente menos que Jongin.
Saludó al moreno con una ceja levantada cuando entró en el departamento.
—Pensé que te habías ido —dijo despacio, consciente de los chicos dormidos.
—Por supuesto que no. Solo fui por el desayuno —dijo entrando y caminando directo a la cocina, para depositar los vasos y dos bolsas llenas de pastelillos calientes.
—¿Es eso café? —preguntó Junmyeon esperanzado y Jongin sonrió.
—Ah... Alguien igual que yo. El mejor café. Traje un café para mí y un té para Kyungsoo, pero no sabía qué les gustaba a ti y a Baekhyun, así que traje uno de cada uno... Supongo que a Baekhyun le toca el té.
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For angels to fly » KaiSoo
Fanfiction»Kyungsoo es una persona de compañía y Jongin es un estudiante de universidad. El destino les tiene preparadas grandes cosas, ¿podrán encontrar el amor entre todo lo que les espera? ✏Pareja: Kai/Kyungsoo ✏Extensión: Prefacio, 15 capítulo...