Capítulo 9

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Jongin consiguió el trabajo, por supuesto.

Cuando le comentó a Kyungsoo, este le dijo que había sido por la excelente camisa que le había escogido. Jongin le besó y después procedieron a tener una muy ruidosa sesión de sexo de celebración. El castaño pensó «Pobres vecinos», pero era imposible no hacerlo, con Kyungsoo succionando y besando cada parte de su cuerpo. Después de que terminaron, tuvieron una simple despedida.

—Tengo que ir a un lugar, pero muchas felicidades, ¿sí? —se despidió Kyungsoo y Jongin fingió una sonrisa. No está molesto. En serio.

Pasaron tres días, y llevaba mucho tiempo parado en frente de su clóset, decidiendo qué usar para su primer día de trabajo. La mujer que lo entrevistó le especificó que vistiera ropa negra. No quería reconocerlo pero la sensación en su pecho que decía «Kyungsoo, Kyungsoo, Kyungsoo» se había intensificado al punto de ser dolorosa.

Se levantó a la mañana siguiente, optando por unos pantalones ajustados negros, y una camisa de manga corta blanca. Al diablo, todo mundo ahí estaría muy ebrio como para fijarse en su atuendo.

A Jongin le gustaba la vibra del lugar. Cuando había ido a la entrevista, el lugar había estado casi vacío. Pero todos sus turnos eran de noche, en el piso de arriba, donde estaba la pista de baile y el DJ, así que sí... Había gente por todos lados.

Había dos personas más trabajando tras la barra, un chico alto de cabello negro y una chica que se reía de todo lo que él decía. Solo se equivocó una vez con una orden. Todo bien para su primer día.

Jongin caminó a casa al salir, llevaba su mochila al hombro y un gorro puesto para el frío. Realmente era impresionante qué tan cerca vivía.

Sus oídos aún pitaban por la música, pero estaba contento con lo bien que le había ido. Cuando las puertas del elevador se abrieron en su piso, pudo ver a Kyungsoo sentado afuera de su puerta, con su espalda al piso y los ojos cerrados, pero los abrió en cuanto se acercó a él y se puso de pie.

—¿Dónde has estado? Muero de hambre.

—Siempre tienes hambre —se rio Jongin y Kyungsoo le sonrió.

—Hueles a vodka —mencionó el chico, abrazando a Jongin por la espalda, mientras este trataba de concentrarse para abrir la puerta.

—¿Cuánto tiempo has estado esperando?

—No mucho —Sus labios besaron el cuello de Jongin por detrás, y el castaño pensó que era un poco extraño que Kyungsoo estuviera tan afectivo pero no dijo nada—. Pero ya, en serio, ¿en dónde estabas? —repitió una vez que estaban dentro, y se servía un vaso de agua.

—Fue mi primera noche de trabajo —dijo Jongin sonriente.

—¡Ah, sí! ¿Cómo te fue?

—Muy bien. Todos parecen buenas personas y nada es difícil, así que bien.

Estaban sentados, tomando soda y Jongin no podía explicar las increíbles ganas que sentía de besarlo. No sabía por qué, pero se estaba muriendo por hacerlo. Quería succionar esos labios acorazonados y carnosos. Bueno, sí sabía por qué, la verdad es que siempre quería besar a Kyungsoo, pero justo en ese momento era desesperante.

Quería probar el sabor de la soda de su boca, quería probar a Kyungsoo. Pero no quería sentir el olor de la colonia, crema de afeitar o detergente que su último cliente había usado.

Kyungsoo lo miraba como si supiera exactamente lo que estaba pensando, y tal vez lo sabía. Porque le quitó su lata de soda, lo atrajo por la cintura y se besaron. Fue más bien como una suave presión de labios, pero en cuanto Jongin sintió un sabor que no era Kyungsoo, lo tomó del cuello y lo besó como se debía.

For angels to fly » KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora