Paranoico, Posesivo y Protector

Parte 1

-Estoy preocupado por Harry.

Dijo Ron Weasley. Él y Hermione Granger estaban sentados en el Caldero Chorreante para sus habituales bebidas del jueves por la noche, una tradición que había incluido el Trio entero. El caldero de Chorreante era tranquilo los jueves por la noche, con pocas personas pasando por el callejón Diagon después de que las tiendas estaban cerradas.

Los tres se habían reunido aquí, usando el silencio relativo como una oportunidad para mantenerse al día con las vidas y preocupaciones de sus amigos. Harry siempre había estado allí con ellos hasta hace poco, hasta hace tres semanas, cuando los había llenado con excusas pero sin explicación alguna.

- Ha habido algo diferente en él últimamente.

Hermione estuvo de acuerdo. Ella empujó su cabello, ahora mágicamente enderezado y cortado a la altura de los hombros, de su cara y tomó otro sorbo de su cosmopolita. Un reflejo rosado de la bebida brilló en la mesa de madera pulida y ella trazó su contorno con un dedo ocioso.

- ¿Está viendo a alguien? ¿Está ocupado con el trabajo? ¿Por qué deja de hacer tiempo para nosotros ahora, cuando hemos tomado bebidas todos los jueves por la noche durante los últimos cinco años?

- Creo que debe estar viendo a alguien.

Le dijo Hermione. Harry y Hermione trabajaron para una compañía de investigación con sede en Hogsmeade, con su enfoque en el rastreo de información enterrada en referencias oscuras y su enfoque en el desarrollo de nuevos encantos y hechizos. El flash creativo requerido para el trabajo era el desafío exacto que Harry había necesitado después de la guerra y que igualaba su talento también.

Hermione era un investigador brillante mientras que el regalo de Harry estaba en la síntesis de la información para crear resultados nuevos e inesperados.

- Ya era hora de que encontrara a alguien.

Le respondió Ron. Había gotas de condensación que goteaban por su vaso de whisky de Fuego, acumulando en sus dedos, pero ignoró la humedad.

- Aún así, no significa que debería empezar a ignorarnos después de haber sido los mejores compañeros durante tanto tiempo. Arrástralo aquí después del trabajo la próxima semana, ¿De acuerdo?

*****

Luna Lovegood frunció el ceño. La expresión se sentía desconocida en su rostro y transfiguró una pluma en un espejo para estudiarla. Inclinando la cabeza de un lado a otro, estrechó los músculos alrededor de su boca hasta que el ceño se volvió más normal. Devolviendo la pluma a su estado inicial, la entintó y la sostuvo sobre un pedazo de pergamino en blanco.

Tenía todos los informes frente a ella, dispuestos en su escritorio en un orden que tenía perfecto sentido desde su punto de vista, aunque un extraño podría haber preguntado por qué algunos de ellos estaban al revés y otros eran parte de una elaborada estructura de origami. Hubo testigos y declaraciones de los Aurores, y aunque estaba perfectamente organizado, nada de esto tenía sentido.

La inconsistencia no había sido obvia para los aurores, pero Luna tenía una ventaja sobre ellos, conocía a Harry Potter, lo suficiente como para reconocer que era su firma mágica garabateada por todo el sitio del crimen y lo conocía suficientemente bien como para saber que sería totalmente fuera de carácter para él cometer un crimen de este tiempo.

Después de la guerra, Harry se había calmado considerablemente, sus ráfagas de genio y magia incontrolada se hicieron muy infrecuentes. Había perdido la oportunidad de unirse a los Aurores y cazar a los mortífagos, a los seguidores del hombre que había matado a sus padres, a las personas que le habían causado no poca cantidad de dolor durante su tumultuosa vida. Harry se había vuelto más apacible, con una luz feroz que todavía brillaba en sus ojos cuando sus amigos eran amenazados, pero sin el complejo maníaco salvador que había tenido en la escuela.