Los años pasaron en tranquilidad, aquella idílica aldea de apenas 50 habitantes era mi hogar.
Era el día de mi 15 cumpleaños, recuerdo aquel soleado día, el viento por fin callaba tras semanas de tempestad y María seguía tan pegajosa y enérgica como siempre, no es que me molestase, de echo María era la única niña la cual apreciaba…los demás solo eran pérfidos criajos crueles y violentos a los que su madre jamás les había puesto la mano encima… ya les hubiera mandado a le enfermería si no fuera por María, tenia la maldita idea de que en todo corazón ahí bondad y no debemos dejarnos llevar por nuestros instintos. Recuerdo aquella vez…estaba furioso con los otros niños por herirme en la cabeza con una piedra...Me gire dispuesto a romperles el cráneo con esa misma piedra pero nada mas voltearme ella me abrazo, “No eres un monstruo” le encantaba esa frase…cada vez que me enfadaba me abrazaba y lo susurraba a mi oído, apartando de mi toda idea de rabia o furia… Lo siento, muchas veces me pongo a divagar sobre ella cuando la recuerdo…
Era el día de mi cumpleaños, María me despertó como todos los días saltando sobre mi cama y gritando eufórica con esa agotadora energía que desprendía siempre, su padre no estaba, había ido pronto a trabajar, María se encontraba mas pesada de lo normal, tenia muchas ganas de llegar a la tarde aun que no quería decirme por que, pensé que tenia algún regalo para mi, siempre se preocupaba demasiado de esas cosas…
Llegue a la herrería esquivando a toda la gente que pude, y aun así oía sus palabras tras de mi, su padre lo había terminado casi todo, no me hizo mas que ayudarle a afilar una espada nueva, era muy bonita y un excelente trabajo…a las seis de la tarde ya me mando a casa, según el tenia miedo de enfadar a María si me retrasaba.
María estaba en su cuarto sentada en la cama y jugando con su collar, me senté a su lado observándola y ella tan solo me miro a los ojos, me brindo una inocente sonrisa y me ofreció su collar…No quise aceptarlo, por muy bonito que fuera significaba para ella algo que jamás yo entendería, pero ella insistió, me lo puso en la mano sin poder yo hacer nada, siguió mirándome y yo no quería ese collar, estaba a punto de replicarle quedárselo pero nada mas mover los labios y acercar la mano ella me abrazo besándome. Se sentía muy calido…a días de hoy no e sentido nada comparable a ese momento…me gustaría empezar aquí la historia romántica, el cuento en el que vencemos al monstruo y vivimos felices para siempre… lo siento…
Nuestros labios se separaron y me quede perplejo observando aquella hermosa cara sonrojada que se alejaba con timidez.
Abrí la boca decidido a soltar palabra cuando me acallo un grito, nos asomamos rápidamente a la ventana, yo agarraba su asustada mano mientras volvía a revivir mis recuerdos, el fuego empezaba a extenderse la gente huía y los niños lloraban, mis recuerdos aparecían ante mi, es una sensación parecida a vivir un sueño…Los hombres se defendían como podían mas casi todos morían ahogados en su propia sangre. María huyo a fuera sin decir nada y yo la perseguí, me di cuenta de porque había salido corriendo, allí estaban, esos asquerosos criajos en el suelo a merced de un hombre a caballo, lo único que los separaba era María , de pie frente a ellos con los brazos extendidos, ese hombre ni siquiera se inmuto...Ante mis ojos pude ver como la hoja ensangrentada tajaba el pecho de María…se desplomo en el suelo y mi alma junto a ella…En ese momento sentí como perdí la cordura…como mi sed de sangre prevalecía a la razón…me abalancé sobre aquel jinete sin importarme nada y lo derive del caballo, no podía parar…empecé a golpearle en la cara con todas mis fuerzas pero enseguida me aparto y de un golpe me dejo inconsciente.
Desperté en la enfermería junto con los pocos supervivientes, desesperado recorrí toda la sala buscando su cama, hasta encontrarla…La encontré con todo el pecho cubierto por vendas, parecía dormida… su padre estaba a su lado y simplemente me abrazo llorando… La enfermera nos miro, y sin rodeos nos dijo que María muy difícilmente sobreviviría…
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Diario de un monstruo
HorrorUn ser humano nunca dejara de ser lo que era, por mucho que la razón nuble nuestros instintos cada hombre en este mundo sigue siendo un animal, una bestia… Nunca nadie podrá cambiar eso. Si miráis a vuestro alrededor veréis un mundo marchito, lle...