cincuenta.

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Las embestidas decididas que daba YoonGi, hacía que el menor tratara de sujetar sus muslos aún más a las caderas del recién nombrado, jadeando y buscando algo de aliento. El pálido era tan brusco, que a JungKook le costaba a veces seguir conciente en todo esos momentos, sentía que se iba a cualquier otro lado, no pensaba con claridad por la fuerza que empleaba su novio, o tal vez sus manos al apretar así las limpias sábanas que tenía rodeándolo. Sus pulmones buscaban exigentes más oxígeno, ya que el castaño no estaba respirando como se debía por todas las sensaciones que estaba viviendo. Su interior apretando tan deliciosamente el miembro del pelinegro, lo volvía loco.

—M-más despacio, bruto.— gruñó, agarrando los hombros del más bajo. No podía creer que haya aceptado ser la pasiva, aunque él ya le había dicho que le iba a tocar a él en algún momento dar.

YoonGi rió suavemente, agarrando el muslo derecho del menor, y alzandolo mínimamente para tener más acceso. Movió sus caderas despacio, sacándole un suspiro largo al castaño debajo de él, y luego dió una brusca embestida, así repetitivamente hasta que vió al chico más calmado y pudo seguir por el ritmo que más le gustaba. El menor besó el pálido cuello de su pareja, dejando una linda y rojiza marca en la zona, que bien sabido era que iba a tomar un tono morado con el tiempo. De igual manera, no importaba, hace mucho que el pálido le había dejado marcarlo. Sentía que hacía arte, la verdad.

Sus pieles rozaban con rapidez, pero no sé sentía más que confortante, además de placentero. Los ruidos eran algo que le encantaba al menor, ya que escuchaba los gruñidos de su paliducho, tan graves y profundos, más el ruido de sus pieles sudadas chocando suavemente ante las embestidas.

Sintió una extraña calidez en su pelvis, y sabía lo que significaba.

—YoonGi, YoonGi— dijo rápidamente, agarrándose aún más fuerte de él, como si le entendiera. Gemía desesperado tratando de por fin descargar la tensión que tenía su cuerpo en esos momentos, teniéndolo tembloroso, retorciéndose bajo el mayor.

—Ya va peque, tranquilo.— susurró, dándole un beso en el hombro mientras seguía el ritmo. Hasta que sintió el líquido pegajoso y cálido de JungKook manchandolo mínimamente en el abdomen.

No tardó mucho en él venirse adentro de Jeon, y bueno, no iba a lamentarse, no iba a quedar embarazado vieron.

—Aaaah, sos una verga. Te dije mil veces que no me gusta tener todo el culo pegajoso.— Dijo asqueado el menor, yendo rangueando hasta el baño con la intención de no pegotearse más.

—Si te encanta.

—Ajá.— respondió en el baño, se escuchó el agua artificial de la ducha cayendo bruscamente en el piso.— Acordate que ya me va a tocar a mi llenarte el culito de chele.

YoonGi frunció el ceño.

—Que asqueroso sos carajo.— se quejó, pero no escuchó repuesta. Su novio ya estaba bañandose, tratando de sacar los restos de su amor ahre.

Sonrió, y no dudó un segundo en meterse al baño con él.

Total, era su casa y hacían lo que querían.

Una vez dentro, viendo la espalda desnuda del castaño, se acercó a él, rodeándolo con sus brazos.

—Te amo mucho, peque.— susurró, todo colorado.

JungKook volteó, dándole un suave beso en los labios.

—Te amo más, casperín.—Le sonrió—. Ahora enjaboname la espalda, ¿Querés?

—Uy, ¿Ves? Nunca más wachin.

🌈🌈🌈🌈🌈🌈🌈

¡Terminó! Con el smut-no-smut que se merecían.

YOONKOOK CHATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora