Capítulo 16

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Capítulo 16

Narra Harry:

Dos horas y unos tres vasos de cerveza después, Louis estaba borracho. Borracho, borracho. Ebrio. Reía de cualquier cosa y divagaba sobre rizos de chocolate y pelotas de ping pong verdes.

Yo había tomado, pero no tanto. Y tampoco estaba ebrio, ya que mi masa corporal era notoriamente más grande que la de Louis, además de que no me gustaba estar ebrio.

Miré el reloj de mi móvil. La una y media de la mañana. Me levanté del taburete.

-Lou- lo llamé, obteniendo su atención casi de inmediato.

-Ssi, Hazzz?- respondió y rió.

Rodé los ojos, conteniendo una sonrisa. Cómo era que él lograba parecerme tierno en un estado que yo aborrecía? No lo sé.

-Vamos, te llevaré a casa- le dije.

-Awww, noooo... pero yo quiero quedarme aquííí...- alargaba las palabras como un niño pequeño.

-No tienes sueño? No quieres dormir?- pregunté al ver que sus párpados caían, pesados.

-N-no...- sus párpados volvieron a caer y él abrió los ojos rápidamente, intentando mantenerse despierto.

-Vámonos, Louis- dije más firmemente.

-Okeeey...- bajó la cabeza- pero sólo si tú me cargas- añadió, estirando los brazos hacia mí como un bebé cuando le pide a su madre que lo lleve "a upa".

Sonreí de costado antes de tomarlo de la cintura para alzarlo sin demasiado esfuerzo. Sus piernas se enrollaron en mis caderas y sus brazos detrás de mi cuello, asegurándose para no caer. Lo abracé sólidamente contra mi cuerpo, dándole más seguridad, y él apoyó su cabeza en mi hombro. Comencé a caminar lentamente hacia la salida del bar.

Ya en la calle, las personas me miraban raro, pero no me importaba. Me paré en la esquina a esperar que pasara un taxi. Después de unos minutos, un taxi frenó frente a mí y el taxista salió para abrir la puerta.

-Gracias- le dije al hombre antes de bajar como pude el cuerpo de un adormilado Louis en el asiento del taxi, cerrar la puerta y caminar hacia la otra puerta, sentándome a su lado.

Le dije la dirección al conductor y éste nos llevó por las calles de Londres hasta llegar al edificio. Pagué, di las gracias nuevamente al taxista y salí, luego sacando a mi pequeño ojiazul del taxi.

Para entrar al bloque de apartamentos, tuve que llamar a la recepcionista del edificio para que abriera la puerta luego de explicarle que el chico al que cargaba era uno de los dos chicos qe vivían en el apartamento veinticuatro.

Esperando al elevador, vi a un hombre con traje saliendo del apartamento número tres, el de la puta con las uñas rojas que había llamado maricón a Louis. El tipo estaba con un móvil, diciendo.

-Sí, amor... no, Betty, es que me han hecho quedarme hasta tarde en la oficina... sí, sí, lo sé...

Rodé los ojos antes de entrar al elevador, el cual acababa de bajar.

Marqué el piso 5 en el tablero con números y la caja de acero comenzó a subir. Al llegar, bajé del ascensor y pregunté al chico casi dormido:

-Eh, Lou... tienes las llaves?

Negó suavemente con la cabeza antes de balbucear algo sobre aromas masculinos.

-Y, entonces, cómo quieres que entremos?

-Humpf... bienvenidos... alfombrita... llave... debajo...- fue su respuesta.

-Hay una llave debajo de la alfombrita que dice "Bienvenidos"?- pregunté para ver si había entendido bien.

-Mhm...

-Podrías bajarte un segundo?- pedí.

-Uh-uh...- negó con la cabeza y apretó el agarre de sus piernas y brazos.

Respiré profundamente antes de, con un gran esfuerzo, inclinarme hacia adelante sin dejar caer a Louis, meter la mano debajo de la alfombrita y sacar la llave.

Con más esfuerzo, me levanté nuevamente y metí la llave en la cerradura.

Dos minutos después, estábamos dentro del apartamento, en su habitación. El castaño estaba sentado en su cama, sin camiseta y con los brazos levantados. Yo, poniéndole una camiseta limpia para dormir. Luego de ponerle la prenda, noté las cicatrices en sus muñecas, aquellas que se había hecho en Holmes Chapel.

Tomé su mano izquierda, levantando su brazo, y besé las blancas y grotescas marcas lentamente. Hice lo mismo con su muñeca derecha. Una lágrima traicionera resbaló por mi mejilla. Me sentía culpable.

-Lo siento- musité.

Quité sus Vans y sus pantalones lentamente, y lo acosté antes de arroparlo.

-Quédate...- musitó.

-No... debo irme...- susurré.

-Por favor...- insistió con voz adormilada.

Me hubiera sido muy fácil negarme... si no fuera porque sus ojos entreabiertos me miraban en una súplica silenciosa.

Bajé la cabeza, suspirando. Me quité la chaqueta, los zapatos y las medias antes de meterme, vestido, en la cama con Louis.

Apenas sintió mi cuerpo a su lado, sus pequeñas manos se aferraron a mi ropa y se acurrucó contra mí, su cara se acomodó en el hueco de mi cuello y soltó un pequeño suspiro. Pasé uno de mis brazos a su alrededor protectoramente y besé su frente.

-Duerme bien, gatito- susurré, pensando que por la mañana no recordaría nada gracias al alcohol en su organismo-. Te quiero.

-Yo también, Haz...- murmuró antes de caer profundamente dormido.

Velé su sueño hasta alrededor de las tres de la mañana; luego, el cansancio me superó y caí dormido al igual que Louis.

De Nuevo En Tus Brazos -Larry Stylinson- (Libro #2 de SYVPMPE) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora