Capítulo 8

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Moretones y dos costillas rotas.

Las manos de Derek se deslizaban lentamente por la piel suave y cálida de Stiles, acariciando sobre su abdomen mientras probaba sus labios una vez más.

Mientras, el castaño metió los dedos en la cabellera azabache del otro, separando los dientes, abriéndole paso a la lengua del mayor. Un toque eléctrico le recorrió por todo el cuerpo ante su húmeda y excitante boca.

Podía sentir perfectamente la dureza de cierta parte de la anatomía en el moreno, presionándose contra la suya. Haciéndole perder la cabeza y soltar un leve gemido sin dejar de disfrutar aquellos increíbles labios.

Cada movimiento que el lobo hacía sobre él, sentía que daba vueltas, sentía un cosquilleo en su interior, un grito en su garganta que luchaba por salir.

Sentía estar en las estrellas, sentía que hacía lo correcto, se sentía maravillado, único. Como si hubiera nacido para estar haciendo lo que hacía.

Cuando los labios del lobo se movieron a su cuello para darle un delicado mordisco, tuvo que morderse el nudillo de su dedo índice para evitar gemir. Pero jadeó desesperado mientras levantaba la cadera en busca de más contacto.

De pronto se sintió terriblemente frustrado cuando vio que Derek se alejó mirándolo muy alarmado...

- ¡No podemos hacer esto, Stiles... -

- Stiles.. -

- ¡Stiles! - escuchó fuertemente, despertándolo de aquel raro sueño.

Había abierto los ojos como platos encontrándose con la luz del sol radiante alumbrando su rostro, cosa que le hizo cerrarlos de nuevo y taparse la cara con las manos. Y al primer contacto con su mejilla, un fuerte dolor le hiso quejarse, obligándole a levantarse.

- Tranquilo, viejo, estás bien. - escuchó la voz de Scott y unas manos debajo de sus brazos le ayudaron a levantarse.

Buscó a Scott encontrándose con el mismo a su lado y a Isaac ayudando a sujetarse.

- ¡Demonios! ¿Quién te hizo esto? - preguntó el de rizos.

- Llévalo a su camioneta, por favor. - musitó Scott. - Llamaré a Derek. - dicho eso, el latino se alejó y se dejó llevar hasta su jeep por su amigo Isaac.

Una vez llegó a su vehículo, subió al asiento del copiloto y Isaac al asiento del piloto para manejar. Scott cortó la llamada y se acercó para hablarles.

- Llévalo a su casa para poder curarlo, Isaac. Derek ya va en camino. Yo los seguiré en mi moto. - avisó y corrió.

Isaac no había oído absolutamente nada salir de la boca del castaño y aunque se moría por saber quien demonios se había atrevido a tocar al amigo de Derek Hale, esperó a llegar a su casa y escuchar cuando se lo explicara a Derek.

Diez minutos después, frenó aparcando mal y bajó corriendo a toda velocidad para ayudar a Stiles y justo en ese momento escuchó las gomas del Camaro de Derek rechinar bruscamente. Éste corrió hacia ellos y cargó en seco a Stiles en brazos.

- ¡Abre la puerta! - ordenó el mayor. Su amigo obedeció y entraron a la sala, colocándolo en el sofá. - ¡Maldición, Stiles! ¿Quién demonios te hizo esto? - cuestión furioso.

- ¿Tienes el botiquín de primeros auxilios? - inquirió Isaac.

- Sí, en mi cuarto. - avisó sin ganas Stiles antes de que el otro subiera corriendo. Miró a Derek quien se puso de rodillas frente a él, poniendo sus manos en sus mejillas, mirando la herida con atención.

No se lo digas a tu madre | Sterek |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora