Capítulo 7: Mi verdad, Tu mentira - Parte 5

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Había esperado mucho tiempo esperando que él le hiciera esa pregunta, Candy miró largamente a Albert, abrió la boca intentado decir algo, pero no emitió ningún sonido.

Una voz furica llamo la atención de los dos, era nada más y nada menos que Neil Leegan, quien se recargo con tal desfachatez que irritó al rubio.

¿Qué haces aquí, Neil? – preguntó el patriarca.

Sólo presenció el acontecimiento del siglo.

¡Lárgate! – gritó Albert.

Un segundo, aún no escucho la respuesta de Candy – Albert se volteó cayendo en cuenta de que él tampoco había escuchado su respuesta. Candy bajo la mirada.

... – se fue corriendo.

Candy, espera...

Pero ella no se detuvo, Albert intentó perseguirla, pero Neil se interpuso en su camino.

Tío, ¿no crees que su respuesta es obvia? – lo sorteó, Neil sabía del por qué Candy no había contestado como el rubio hubiese querido, disfrutaba saber algo que los demás ignoraban. Albert lo miró desafiante.

Es claro que tú intromisión en este mágico momento la disgusto – contestó – Así que no me estorbes más para ir con mi prometida.

No deberías ser tan petulante, Albert, Candy en realidad no dijo que si porque ella esta enganchada de otro homb... - Neil no pudo terminar su frase porque Albert le propinó un fuerte golpe en la cara.

¡No te permito que hables así de ella! – le gruñó el rubio, Neil, aún en el suelo, escupió sangre.

Es obvio que ella ya no está enamorada de ti – siseó el castaño cobrizo, y Albert lo levanto del cuello y le propinó otro golpe, pero Neil se defendió.

¿Qué están haciendo? – entró Archie para separarlos, ambos tenían una serie de golpes que habían dejado un rastro de sangre sobre sus rostros, pero en definitiva, Neil era el más lastimado.

Neil, Albert... los separó el joven recién llegado. Albert lo miró, y dejo su posición de guardia, pero ver la sonrisa de Neil lo irritó nuevamente.

¡Neil, lárgate si no quieres que sea yo ahora quien te de una golpiza! – amenazó Archie, Neil se dio la media vuelta.

Avísame cuando Candy te diga que no – espetó antes de desaparecer.

¿Estás bien, Albert? – preguntó cauteloso Archie, el rubio asintió y se acercó a la manguera de riego para limpiarse un poco la sangre, no quería estar así cuando volviera a encontrarse con Candy - ¿Qué vas a hacer con esto? – le interrogo al recoger el anillo que le había mostrado a Candy minutos antes.

Pedirle que se case conmigo – respondió sin ánimos de dar más explicaciones y entro a la mansión.

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Candy sentía que habían usurpado su cuerpo, como si ella viera todo desde arriba y alguien más contralara sus movimientos, los minutos después de abandonar el jardín no supo qué hizo pero sabía que estaba haciendo algo bien porque la gente se le acercaba con preguntas y ella respondía y se iban satisfechas, entró al despacho de la difunta para calmar un poco sus nervios, escuchó que se abría la puerta, sintió un sudor frío recorrerle la espalada, no quería estar otro minutos a solas con Albert, no quería tener que oír esa propuesta nuevamente.

Pecosa... - escuchó al invasor y se giró tan rápido que lo golpeó porque él estaba a pocos centímetros de ella. Vestía un traje de vaquero y un sombrero, se veía como Tom.

Algún día es hoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora