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Camila

—"¡Karla!"-gritó una voz que para mí era familiar.

Era Harry, un chico que una vez conocí en un avión, él se sentó a mi lado y habíamos conversado un poco ese día, realmente hubo una buena conexión con él.

Caminé hasta la barra con cierta inseguridad por lo que había visto antes.

Harry: Karla, qué gusto verte de nuevo, creí que sería la última vez que te vería ese día en el avión.-saludó de nuevo muy amable.

Camila: Sí, igual yo jaja.-reí nerviosa.

Harry: ¿Café frío con leche?-preguntó de la nada adivinando lo que ordenaría sonriendo.

Camila: ¿Cómo sabes que así me gusta el café?-dos de mis dedos se movían rápidamente en la barra, cosa que Harry notó

Harry: Oh, ahm...me lo dijiste ese día en el avión, ya que te conté que regresaba de vacaciones y ayudaría a mi tío a trabajar aquí.

Camila: ¿Ah sí?-dije mirando en dirección al baño, mis dedos se movían cada vez más a prisa y mordía mi labio.

Harry: ¿T-te...incomodó?, lamento si soné muy "stalker" o algo por el estilo.

Camila: Oh, no, no...no te preocupes, Harry, sólo dame el café, por favor, lo necesito...

Harry: Claro, lo haré en seguida, me da la impresión de que traes prisa.-miró en dirección al baño y me miró extrañado.- ¿Leche entera o deslactosada?

Camila: Entera, gracias...-traté de calmarme y le dediqué una sonrisa. Si tan sólo supiera que tenía ganas de seguir a esa chica.

Harry: Vuelvo enseguida.-sonrió y se fue a preparar el café.

Mi estómago justo ahora tenía un carnaval con fuegos artificiales y todo un desastre. Estoy segura de que no era alguna enfermedad estomacal, estaba así debido a ella, debido a la chica de mis sueños. ¿Y si entro a ver si es ella?, ¿qué podría perder?, pero... ¿y si no es ella?, ¿debería disimular? Debía actuar, era ahora o nunca, tenía poco tiempo y realmente me mataba la intriga.

Me levanté de mi asiento y comencé a dar pequeños pasos a lo que era el baño de chicas. Estaba cerca, el pasillo hacia ese lugar quedaba a unos cuantos metros.

Harry: ¡Karla, tu orden está lista!-gritó Harry haciéndome regresar a mi "cordura". Miré la hora en mi teléfono, tenía exactamente quince minutos para regresar a casa antes de que "él" llegara. Salí corriendo a donde estaba Harry.

Camila: Ahm, sí, ¿c-cuánto es?

Harry: Es gratis.-susurró.

Camila: ¿Estás seguro?-me extrañé.

Harry: Tan seguro como el seguro del baño de chicos.-dijo seguro de sí.

—Harry, el seguro del baño de chicos se averió otra vez.-dijo un chico que igual trabajaba ahí. Rápidamente miré a Harry y levanté una ceja.

Harry: Bueno...más seguro que otra cosa segura.-rió.

Camila: Te pagaré luego, debo correr, se me hace tarde, espero verte luego.-me acerqué rápido a su cara y le di un beso en la mejilla. Salí corriendo del lugar, aunque con ganas verdaderamente de quedarme a ver a la chica. Soy una idiota, debí entrar.

Salí a la calle lo más rápido que pude y tomé un taxi, afortunadamente llamé la atención de uno y me subí a prisa. Indicando la dirección del lugar donde vivía. Diez, ocho, siete, cinco minutos. Mientras más miraba el reloj, el miedo se iba acumulando en mi estómago, era como sentir un nudo que crecía más y más.

Would You Play With Me? (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora