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Siento el aire chocar en mi rostro cuando salgo de la casa en busca de Noel, meto las manos a los bolsillos de mi chaqueta y lo veo recargado en el auto que esta estacionado justo en frente, que seguramente es de alguien en la fiesta.

Me sentía algo rara y sin ganas de seguir aquí. Sólo quería irme a dormir, estaba agotada.

Me sonríe y da un paso hacia adelante, alcanzo a llegar antes de que camine hacia mí.

Le dedico una sonrisa falsa para después hablar:

—Noel... yo, creo que me voy.

—¿Te vas? —suelta una risa y me mira confundido. —pero vives aquí.

—Me refiero a que me voy a domir.

—¿Tienes una fiesta en tu casa y te vas a domir? —vuelve a reir, haciéndome sentir estúpida.

—No me siento muy bien... sólo quiero irme a la cama.

—Lo entiendo —asiente cabizbajo. —creo que yo también me voy.

—Puedes quedarte.

—No tiene caso, vine por ti.

Y de repente me vuelvo a sentir bien, y mis ganas de lanzarme a él me inundan.

—Pero prefiero que te sientas bien, te veo luego, Nora —y pone esa sonrisa que me vuelve loca. Termina con un beso en mi mejilla y un abrazo.

Sé que se separa cuando dejo de oler su perfume. Lo miro apenada y veo como se da la vuelta y comienza a caminar hacia su auto. Sonrío inconscientemente y también me doy la vuelta para entrar a la casa.

El olor a alcohol me marea un poco, por eso trato de pasar más rápido entre la gente y subir las escaleras para llegar a mi habitación.

La escena del baño con Grayson y Rachel no salía de mi cabeza. Me sentía extraña y no sabía el motivo. No pensé en nada más que en eso, pero me vi interrumpida cuando la puerta de mi habitación se abrió de golpe.

La había cerrado para que la música de abajo no me fuera tan molesta.

Miro a Grayson confundida, el cual frunce el ceño y se adentra a la habitación. No necesito decirle "¿qué mierda haces en mi habitación y quién te ha dado permiso de pasar?" Mi cara se lo dice todo.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta y se para a dos pasos de mí.

—¿Qué haces tú aquí? —suelto. —un compañero de casa me enseñó que se toca la puerta antes de entrar.

—Me sorprende que tengas 17.

Después de asimilar que había ignorado mi comentario anterior, opto por poner una pose firme y cruzarme de brazos.

—No son más de las 11:00 ¿y te vas a domir? —vuelve a burlarse de mí.

—No me siento bien... —me doy la vuelta y me acerco a mi maleta para tomar algo de ropa cómoda. —pero veo que tú la pasaste muy bien... —levanto ambas cejas.

—No esta mal...

—¿Rachel o la fiesta? —vuelvo a cruzarme de brazos y alzo una ceja viéndolo.

—Acaso tú... —antes de continuar pasa una mano por su cabello. —¿me espiaste? —primero parece estar avergonzado, pero entonces su expresión cambia y suelta una risita.

Sus ojos están clavados en los míos, tanto que me da un escalofrío y temo por lo que vaya a decir a continuación.

—Punto número uno, no te espié, el baño que esta justo a lado de tu habitación, es de todos, no es tu lugar privado para llevar chicas y hacer lo que sea que haces. Y punto número dos, sabía que eras un idiota pero no pensé que lo eras tanto. Esa pobre chica no se merece lo que haces con ella.

Me esfuerzo por mantener la mirada en sus ojos, en parte porque me siento insegura, y parte porque es muy incomodo.

Conforme fui diciendo cada punto su sonrisa se hacía más amplia, como si estuviera preparando las palabras correctas que en cualquier momento destruirían las mías.

—Punto número uno, no hago nada con esa pobre chica que no quiera. Punto número dos, sé que te mueres por estar en su lugar. Y punto número tres, que yo sepa no eres nadie para opinar así de mí, ni siquiera recuerdo haber pedido tu opinión —suelta malicioso.

Lo miro más que molesta, y frunzo el ceño mientras vuelvo a cruzarme de brazos. Él parece tan tranquillo y me hace sentir tan pequeña.

—Jamás desearía estar en su lugar, creo que es al revés. Tú desearías que estuviera en su lugar, pero sigue deseándolo porque jamás lo conseguirás —lo digo firme y suelta una risa. —y lo único que estas haciendo con ella es ilusionarla, apenas te conozco y puedo asegurar que eres así de idiota con todas.

Y de repente, siento como su rostro cambia. Se pone serio con la mandíbula apretada y se cruza de brazos para acercarse a mí intimidante. Me quedo en silencio y lo veo tan cerca de mí que mi corazón esta a punto de salir de mi pecho.
Respiro discretamente y lo miro a los ojos.

—Lo que no entiendes, Nora, es que sigo sin pedir tu opinión —lo dice tan serio que me quedo echa roca. —y no... no me conoces en lo absoluto —termina su comentario y su vista va de mis labios a mis ojos. Pero no va más allá, sólo se da la vuelta y sale de la habitación cerrando la puerta un poco fuerte.

Mis respiración vuelve a la normalidad, me detengo a ver la puerta mientras recuerdo qué fue lo que dije para que se pusiera de ese modo.

Algo le pasa, y lo peor es que a mí también.

VOY A SUBIR MARATÓN!
Se lo merecen por esperarme, son increíbles y las amo como no se dan una idea.

The Fraternity | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora