41

3.1K 204 112
                                    

Al terminar de subir las escaleras, hay un pasillo enorme, con cientos de puertas, ni siquiera sé cuál debo abrir, me siento en un laberinto sin salida, y para ser sincera, bastante abrumada por lo que acaba de pasar. No encuentro una razón por la cual Grayson salió de esa manera, estábamos todos bien.

Una de las habitaciones parece tener la luz encendida. Camino hasta ahí y giro la perilla con miedo de que no sea lo que estoy buscando. Por suerte, veo a Grayson parado junto a la ventana.

Cierro la puerta con cuidado una vez que estoy adentro y camino hacia él, no antes de mirar todo atenta. Parece su antigua habitación, seguro que lo es.

Tiene un olor, no sólo a limpio, un olor que me recuerda a Grayson, a su ropa, a su cuarto de la fraternidad. La cama esta perfectamente hecha y los muebles combinan con el color oscuro de las cortinas.
Teniendo esta habitación y esta casa, jamás me habría marchado para ir a un lugar con 7 adolescentes, sin comida, y fiestas descontroladas cada semana.

Finalmente, llego hasta donde esta él. Me coloco detrás, ya que me da la espalda, y acaricio su brazo despacio. No quiero decir algo malo, así que me limito a preguntar si esta bien.

No contesta, sólo asiente y se da la vuelta para mirarme.

—¿Quieres hablar de algo? —vuelvo a preguntar, sin dejar de mirarlo, me da miedo que ocurra algo.

—Gracias, Nora —acaricia mi mejilla y frunzo el ceño confundida.

—¿De qué?.

—Por no dejarme, aún sabiendo lo idiota que soy —suelta un suspiro.

—No eres idiota —tomo el brazo con el que acaricia mi mejilla y le sonrío.

Me mira unos segundos examinando mi rostro y continúa:

—Eres la única persona que logra distraerme de todo. Ahora sabes por qué te necesito tanto, siempre buscaba excusas para acercarme a ti desde el primer día.

—¿Distraerte de qué? —pregunto ignorando todo lo demás. —No lo entiendo... ¿Por qué buscas distraerte?.

—Porque lo hace todo mucho más fácil —aprieta los dientes y su mandíbula se tensa, como si el tema no le convenciera.

—¿Qué?.

—Cosas... —me suelta y marca su espacio.

—¿Cómo cuales? —doy un paso hacia él, sé que puedo lograrlo, puede contármelo.

—Nada —vuelve a darme la espalda.

—Grayson... confía en mí —me pongo delante inmediatamente. —¿Es... tu padre? —maldigo al terminar, no debí decirlo.

Me mira al instante y suspira tratando de tranquilizarse.

—No sé cómo mierda me conoces tanto —dice, no sé si sentirme halagada.

—No te conozco lo suficiente... si me contarás quizás lo haría.

Me quedo quieta, no quiero que por mi culpa reaccione de una mala manera, no es mi intención. Él asiente y noto como sus ojos se oscurecen. La rabia que tenía hace algunos momentos se convierte en vulnerabilidad.
Me gustan todos sus cambios de humor, algunos me parecen aterradores, pero lo hacen ser él, sin muros, ni caretas. Cuando esta vulnerable siento que puedo derribar cualquier cosa, y tocar esa parte que no me deja descifrar.

The Fraternity | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora