Lo más difícil para Alexa en ésos días fue pedirle disculpas a su hermano. Primero, retrasó lo más posible la situación; segundo, le pidió disculpas pero sin decirle porqué en una nota de papel anónima y, tercero -ya dándose por vencida- decidió disculparse cara a cara.Le pareció lo más estúpido que hizo en su vida. No lo miró a los ojos al murmurarle un «lo siento», pero para él fue suficiente.
- ¡Estás perdonada! -fue lo que él dijo, en un tono emocionado, abrazando a su pequeña hermana. - Sabes que te quiero, ¿verdad? -le susurró para luego despeinar el cabello de ella. Alexa sonrió levemente.
- Lo sé. Yo a ti -respondió algo tímida.
Mirando a su hermano recordó cómo solía ser cuando eran pequeños y jugaban en el jardín de la casa, con su cachorro y Quaffles. Cuando su padre no solía hacer diferencias y cuando su madre los quería por igual. Antes de que ella entrara a Hogwarts y le empezara a ir mal. Sacudió la cabeza sin querer que los flashbacks apareciesen, justo a tiempo para oír a Cedric.
- ¿Qué te parece ir a Hogsmeade este fin de semana? -preguntó.
- Uhm, ¿para qué? -respondió Alexa
- Para pasar tiempo de calidad hermano-hermana -le sonrió amablemente Cedric.
- Está bien, ¿por qué no? -se encogió de hombros la pequeña Diggory. Entendía a sus padres, ¿como no preferir a Cedric, siendo tan amable como era? Aún habiéndole tratado mal y pidiendo disculpas de una manera tan penosa, él seguía siendo bueno y cariñoso con ella. No podía entenderlo. - Además, te debo contar algo que pasó en Defensa Contra las Artes Oscuras.
- ¿Está todo bien? -su rostro borró su cálida sonrisa.
- Si, si, solo es de cotilla -se rió su hermana con nerviosismo, recordando como el profesor Moody les había impuesto el Maleficio Imperius.
-Está bien, nos vemos después -dijo él y se marchó.
Aún siendo hermanos y estando en la misma Sala Común, no se veían mucho porque él tenía demasiadas responsabilidades; por suerte, este año no había Quidditch, sino, él no podría ni descansar... ¡Y encima quería entrar al Torneo!
Cuando Alexa se fue del pasillo donde estaban hablando, buscó a Mariam para ir juntas a la clase. Alexa le tenía mucho cariño por eso se aisló de ella cuando se enfadó con Cedric. No quería lastimarla con su lengua filosa. La encontró de camino al vestíbulo.
- ¡Mariam! -la lllamó corriendo hasta ella y la abrazó.
- ¿Ya se te pasó el humor de perro? -le contestó su mejor amiga. Alexa rió asintiendo con la cabeza.
Pasaron por el vestíbulo, donde vieron un aglomeramirnto de alumnos volcados en la lectura de un anuncio.
- ¿Qué dice? -le preguntó Alexa a Mariam, que era la más alta de las dos.
- Que los colegios extranjeros van a llegar el 30 de Octubre-contestó Mariam. - ¿No es ése el hermano de los gemelos Weasley? -cambió de tema.
La rubia desvió la vista para ver al trío de oro. El chico al que se refería Mariam estaba hablando con Ernie Macmillan. Alexa agudizó su oído y pudo oír el nombre de su hermano. El muchacho quería comentarle a Cedric acerca de eso. Alexa solo esperaba que su hermano no saliese sorteado. Aunque no quisiese admitirlo, no le agradaba la idea de que le hiciesen daño. Después de todo, era su hermano.
- ¡Já! Como si a Cedric le cayera bien Macmillan - dijo Alexa rodando los ojos en fastidio.
- Bueno, además de ardiente, tu hermano es demasiado gentil.
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Alexa Diggory & El Cáliz de Fuego.
FanfictionAlexa Diggory es todo menos exitosa. Tiene belleza, una buena familia, y una suerte irrefrenable de equivocarse en todo. Sus padres esperan que en su cuarto año de Hogwarts ella pueda sacarse más nota que un simple "Inaceptable". Ella, en cambio, s...