10. Feliz Cumpleaños.

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Diciembre llegó a Hogwarts con nieve y frío. El castillo se había teñido con una ligera capa de nieve en toda su dimensión. Los alumnos que se dirigían al exterior de Hogwarts debían  ie con guantes,  si no querían morir de frío en el trayecto.

Alexa estaba sentada junto a Mariam en uno de los sillones de la Sala Común de Hufflepuff,  realizando la tarea de Adivinación. Habían preferido el calor del castillo al frío del exterior.

— Veamos,  hay que hacer estas predicciones —le avisó Mariam, un tanto emocionada.

La Sala Común era luminosa, sin embargo Alexa hubiera preferido tener ventanas con una linda vista a Hogwarts, cosa que su Sala Común no tenía. Mariam hacía sus deberes muy concentrada, incluso aunque no entendiese el mapa planetario junto a las constelaciones. «¿Cómo era que se relacionaban?» , se preguntaba internamente la muchacha.

Alexa terminó su tarea antes de lo previsto, y decidió hechar un vistazo hacia el pergamino de su amiga. Leyó agudizando su vista un par de predicciones que le parecieron erróneas.

— Creo que éso significa una pérdida lejana,  no un objeto perdido —Alexa señaló a un lado del pergamino. Mariam giró su cabeza y mantuvo la mirada con ella. No le gustaba que le corrigiesen.  Alexa apartó la vista.

— Bueno, lo siento —murmuró.

Alexa anotó varias cosas, entre ellas una desgracia que se acercaba. La verdad es que estaba bastante escéptica, pero Trelawney no podía negar que era buena haciendo predicciones, aunque Alexa nunca se paró a pensar si se hacían o no realidad. Quizá todo era un invento de su profesora para encubrir que era una farsante.

Al terminar sus deberes,  ambas muchachas se fueron a su habitación, puesto que era sábado y habían decidido no ir a Hogsmeade este fin de semana.

— ¡Pero que paz! —exclamó con alivio Alexa, apartándose el cabello rubio del rostro, que le caía limpiamente a sus costados.

— Si, pero deberíamos ordenar,  esto es un chiquero —Mariam se puso a ordenar su parte de la habitación. Alexa, por el contrario, se sentó al borde de su cama adoselada. Su gato, que estaba durmiendo allí, de inmediato se puso a ronronear al sentir la presencia de su dueña.

— Oye,  ¿por qué nos han pedido túnicas de gala éste año? —inquirió Alexa,  de la nada.

— No lo sé —respondió Mariam. — Sin embargo, yo no encontré una túnica de gala para mi —hizo una mueca.

— ¿Y que harás? —Alexa estaba preocupada. Mariam se sentó en la cama de al lado. — ¿Y cómo puede ser que no hayas encontrado?

— Fui a Madame Malkin y no tenían de mi talle...—estaba doblando una camiseta bastante disgustada,  seguramente recordando el momento. —Se ve que tengo "demasiado busto" como para mi edad y por eso no hay túnicas para mí —Mariam tenía padres africanos, por lo que su contextura física era mucho más desarrollada que las chicas europeas. — Pero me di cuenta que una túnica de gala y un vestido es casi igual,  así que opté por un vestido.

— ¿Qué es un vestido? —preguntó Alexa,  que desconocía la ropa muggle.

— Ésto —Mariam se inclinó a su baúl y sacó un vestido largo, con transparencia en las mangas y con un poco de escote.

— Wow —la rubia quedó claramente sorprendida. — Me gusta mucho —se quedó viéndolo. — Mi túnica no es tan cool. Tiene volados y es rosa pastel —Alexa hizo una mueca al recordarlo. — Mis padres insistieron en que era femenino,  pero siento que no es mi estilo.

— Bien,  podemos intentar cambiarlo, ¿qué opinas?

— No lo sé,  no estoy tan segura... Supongo que deberé usarlo así como está.

Alexa Diggory & El Cáliz de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora