6. Saldar la deuda.

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N. A: Antes de que empiecen con la arena,  quiero aclarar que Neville en el libro es descrito como rubio. No da datos del color de sus ojos. Sin embargo, en la película es interpretado por Matthew Lewis, (por eso está en el reparto)  que tiene el pelo castaño oscuro. Por lo tanto,  lo voy a describir lo más parecido a lo que Rowling dice. Ustedes imagínenlo como quieran.

El sábado a la mañana,  el comedor de Hogwarts estaba más concurrido de lo habitual. Seguramente, el motivo a todo esto eran las veinticuatro horas para presentarse al torneo. Quien elegía a los concursantes,  que no era otro que el Cáliz de Fuego,  estaba dispuesto sobre un taburete en el medio del vestíbulo. Una linea dorada lo encerraba; no era otra que la linea de edad que había dicho Dumbledore que dibujaría.

Los estudiantes de Durmstrang habían dejado ya sus nombres en el Cáliz. Algunos alumnos de Hpgwarts, que cumplían con la regla de la edad, habían puesto su nombre a hurtadillas en la noche. Mariam se había levantado temprano con la esperanza de ver qué iban a hacer los gemelos Weasley para poder entrar al Torneo, siendo que aún no tenían diecisiete. Tenía la esperanza de que no hubiesen intentado hacerlo de noche.

Como si su deseo se hubiese realizado,  los gemelos aparecieron riendo junto a Lee Jordan, mientras bajaban la escalera. Al verlos, Mariam deseó ser más atractiva. Los tres Gryffindors se dirigieron a dónde estaban Potter y sus amigos, seguramente hablando de sus planes para frustrar la línea.

Cuchichearon un poco con ellos, para luego sacar de sus bolsillos,  al mismo tiempo, una botellita transparente con un poco de poción.

— Unas gotas serán suficientes.

— Bueno, Gred —le respondió su gemelo. Ambos tomaron la botellita y bebieron la cantidad que George había dicho.

Seguidamente, uno de ellos sacó del bolsillo de su túnica un pergamino con su nombre escrito y su escuela, para luego acercarse lentamente al Cáliz. Traspasó la línea de edad y no pasó absolutamente nada.

— ¡Sí! —festejó el gemelo, y al oírle, Mariam supo que era Fred.

George, emocionado, corrió hasta Fred y atravesó la línea dorada.

Todo pareció estar en su favor, hasta que... la línea de edad los vomitó, haciéndoles caer hacia atrás dando volteretas en el aire. Cuando se incorporaron, sus caras se habían envejecido setenta años como mínimo.

— ¡Te lo dije Feorge! —le dijo molesto Fred a su gemelo, empujándole.

— Fue tu idea, Gred —le respondió su gemelo.

Los alumnos que estaban en el vestíbulo reían al verlos pelear. Los que estaban desayunando se aproximaron al oír el bochinche. Querían saber que estaba pasando.

Fred y George estaban rodando sobre el suelo echándose la culpa. La barba que les había crecido era blanca y se enredaban alrededor de ellos, atrapándolos en su pelea.

— Ya veras cuando me deshaga de todo esto, Gred.

— Al menos estoy más apuesto que tú —le respondió Fred.

Las risas y los comentarios incitando la pelea se hacían cada vez más intensos. Luego, se vieron acallados por unas aclamaciones de Hufflepuff, «Cedric, Cedric», decían los tejones.

Cedric Diggory, con su cabello oscuro, su sonrisa ganadora y su porte de buen mozo, iba al frente de la multitud con un pedazo de pergamino en su mano. Contrariada, su hermana Alexa estaba al final del alborotado grupo de alumnos, mirando a su hermano nerviosamente. El muchacho se acercó al cáliz y depositó el pequeño fragmento de papiro para que el caliz lo consumiese.

Alexa Diggory & El Cáliz de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora