2. De vuelta a Hogwarts.

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Una gran tormenta azotaba Hogwarts y sus alrededores. Al arribar el tren a la estación de Hogsmeade, Alexa vió los relámpagos que iluminaban la noche acompañados de una lluvia torrencial a través de su ventana empañada del tren. Quiso bajar de éste con sus amigos, pero Mr. Little Moustache era temeroso a las tormentas y se había escapado de su jaulita para correr al fondo del tren. Ella no se había percatado hasta último momento.

— ¡Rayos! —exclamó nerviosa. — Mi gato se escapó de la jaula.

Sus amigos, que estaban bajando del tren, le dijeron que le guardarían un asiento en el carruaje y la esperarían.

Alexa corrió tras su gato. Pasó por los compartimientos y pasillos empujando compañeros, conocidos y no tan amigos, diciendo como excusa un simple "Lo siento", hasta llegar al último compartimiento vacío donde estaba Mr Little Moustache. Su gato se había hecho un ovillo y temblaba.

— Oye, tranquilo —le susurró Alexa y lo tomó en sus brazos. El gato pegó su negra cola a su propio cuerpo, asustado. Ella lo envolvió debajo de su capa de Hogwarts y volvió por donde había venido.

¿Tanto tiempo se tardó? Sólo quedaban dos carruajes en la estación. Alexa miró de un lado a otro buscando un carruaje entre la lluvia que caía violentamente. Una mano se posó en su hombro y ella aferró a su gato con más fuerza, cubriéndolo de la lluvia. Se volteó cautelosamente y se encontró cara a cara con Cedric.

— Je, je... ¿Hola? —improvisó.

— No te vi bajar y supuse que tu gato se había escondido en algún lado -fue la respuesta de su hermano —. Ahora vamos. Sube al carruaje —ordenó.

Ella miró a su alrededor y vió dos prefectos mirándola con cara de circunstancia. Se apresuró a subir al carruaje más próximo y se encontró con otra persona ahí dentro.

Era una chica mojada de pies a cabeza. Su túnica negra tenía azul, lo que significaba que pertenecía a Ravenclaw. Su cabello mojado era del color del ébano y su piel muy pálida. Sus ojos pequeños y rasgados dejaban entrever su nacionalidad : china.

Miró como Alexa subía y cómo su gato rápidamente se escapaba de los brazos de su dueña para sentarse al lado de ella.

— Diggory, ¿no? —le preguntó a Alexa.

La aludida se sintió sorprendida. Conocía muy bien a esa chica y sabía que ella también la conocía. Era ella, porque no podía ser otra. Sino, ¿por quién más, aparte de ella misma, esperaría Cedric bajo una lluvia fuerte a que bajara del tren? Si, damas y caballeros. Tenía en frente a Cho Chang. O como ella le decía: la chocha.

— Si, la hermana de Cedric —respondió.

No era ningún misterio que a la pequeña Diggory le caía muy mal esa chica y quizá fuera por el hecho de la junta de ésta. La china se daba cuenta de la mirada de ella y sonreía de manera falsa pero inocente.

Dicen que los gatos negros traen mala suerte. Alexa nunca pensó eso ni lo creyó, por eso tenía a Mr. Little Moustache con ella. Hasta que entendió que la mala suerte era para quienes se metían con el gato.

Al sentir la incomodidad de Alexa por estar en ese lugar con la asiática, su mascota empezó a bufarle a Cho. Cedric subió al carruaje junto a un niño de segundo, perteneciente a Hufflepuff, entablando una conversación acerca de los carruajes.

El gato seguía bufando, de una manera inaudible debido a la fuerte lluvia, pero perceptible a los ojos de las dos chicas. El carruaje avanzaba por el camino a Hogwarts, tambaleándose peligrosamente.

Las gotas de lluvia golpeaban los vidrios de las ventanas con fuerza, repiqueteando. En el trayecto, llegando cerca de las dos columnas adornadas con cerdos alados, el carruaje viró peligrosamente.

Alexa Diggory & El Cáliz de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora