Psychopath.

Capitulo 9: SANATORIO

'Ni cincuenta paramédicos podrán quitarme el dolor que siento, no hay medicamento que alivie el sufrimiento de la tortura, en el infierno pocos viven como reyes'.

Vendas en mi cabeza y Lisette dormía a mis pies. Madrugada del día sábado. La camilla tenía sangre al igual que mis manos, e instantáneamente pude recordar que pasó en pequeños trozos de imágenes, no había nadie, a lo lejos de la habitación se veían enfermeras, alrededor de una niña.

Movía mis pies intentando despertarla.

Al parecer no podía conciliar el sueño, pues despertó al instante y asustada.

-Al fin despertaste, ¿Cómo te sientes?- dijo.

-Bien-

Sentía un enorme dolor de cabeza pero no quería que ella sintiera compasión de mí, es penoso pensar él como mi mente no madura a pesar de todo, a pesar de haberme ayudado, no quería que ella me tocara ni me hablara.

-¿Dónde está mama?, ¡Por favor llévenme con ella!-

Sentía que me estaba volviendo loco, me sentía muy a la deriva de todo, como si todo fuera a lastimarme, como si mi vida se derrumbara, el tan solo pensar en que podría perder a mi madre que sería lo único que le entrega luz a mi vida hace que el vacio en el pecho aumente de profundidad, es un pozo sin fondo, todos los males caen pero nunca tocan fondo, siempre están ahí, cayendo, existiendo, dañándome.

-No podemos llevarte con ella- dijo la enfermera asomándose por una cortina.

La ira es un arma poderosa, puede crear más fuerza que cualquier sensación, inyecta adrenalina, pierdes conciencia, no sientes el dolor. Arranque de mi piel toda aguja inyectada con suero conectada a mi brazo y pequeños cables en mi torso, corrí hacia la puerta.

Los pasillos se veían gigantes, eran demasiadas puertas.

-¡No vallas Chris!-

Terco, no hice caso a nada y solo seguía corriendo.

En los hospitales estas seguro, dijeron, pero ¿Qué hacia esa manta plástica cubriendo a esta mujer?

Quería ver quién era, no podía creer en aquella tragedia inminente.

-mama...-