Capitulo 8: QUIEBRE.

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Todo tiene un fin, otros son simplemente episodios, solo el tiempo te da la respuesta, pero al saberla ya es demasiado tarde para hacer algo al respecto.

Aquel viernes fue algo encantador, hacia un poco más de calor, ya se acercaban los últimos días de clases.

Todo el tiempo estuve encubriendo todo lo que sentía por cada uno de mis aparentes amigos, quizás que palabras cursaban por mis espaldas, no es de imaginar, no debería ser tema para mi cerebro, siempre y cuando no me afecte en nada no debería importarme.

En la escuela no hicimos nada en todo el día, solo hacían charlas libres para hablar sobre educación superior, sin embargo ya sabía donde iría enfocado mi futuro, algo relacionado con arte o humanismo. En fin, no preste atención a ningún discurso o pregunta, ya que esos temas realmente me estresaban.

Aquel maldito viernes, el día de mañana en ese entonces, se cumpliría el tercer mes en que mi padre desapareció. Recibía visitas constantes de policías en mi casa, sin embargo ninguno tenía respuestas concretas, ningún vecino lo vio y nadie sabe nada sobre él.

Un día como cualquier otro recibimos la visita de una mujer, quien hablo cortésmente con mi madre, para mí fue algo regular y la atendí cortésmente como fui enseñado, después de mucho hablar esta confesó sobre la razón de su visita, era la amante de mi padre, no quise decir nada, mi madre instantáneamente bajo su cabeza, y ambas comenzaron a hablar, mi madre pudo haber tenido alguna idea sobre los secretos de mi padre al parecer, sus gestos lo decían todo, sin embargo jamás lo dijo, cosas de mujeres.

Aquel viernes ya estaba más tranquilo, mis calificaciones mejoraron y cursaría el grado, me sentía feliz y decidimos salir a celebrar después de clases con mis amigos, como era de suponerse, a una plaza y beber mucho.

Estando libres nos dirigimos todos a comprar, nuestra vestimenta era casual ya que no nos exigieron ir con uniforme por los eventos del día en la escuela.

Luego de comprar, fuimos a la plaza. Llegamos y nos sentamos cómodamente, comenzamos a beber y a hablar de la vida, jugamos unos cuantos juegos con el fin de beber más, y todo iba bien. Hasta que en un momento Lisette me dijo:

-Chris, acompáñame al baño por favor-

-Bueno vamos-

La acompañe fielmente, nuestro baño era el costado de un árbol donde nadie podía ver. Ella hizo sus cosas y luego yo las mías, así que nos dispusimos a volver.

Volvimos caminando felizmente y riendo por nuestras bromas, pero al momento de llegar mi vida dio un vuelco total, la ira dominaba todo sentido y la impotencia aumentaba a cada segundo, el alcohol no ayudaba mucho, solo empeoraba la situación.

Elizabeth y John estaban besándose, mientras se tocaban, apoyados en un árbol mientras Benjamin los animaba a continuar.

Tome a John del collar que tenía y lo acerque hacia mí, lo mire fijamente y antes de que dijera alguna palabra le di un golpe que lo llevo directamente al suelo, me puse sobre el y seguí golpeándolo sin detenerme, Elizabeth se acercó y comenzó a jalarme de la chaqueta, me la saque y luego la empuje, su espalda chocó con un árbol y creo que esto le perjudico al respirar, Dante, que estaba excluido de la situación y muy ebrio fue a atenderla, mientras que seguía golpeando a John, Benjamin toma una botella y me la quiebra en la cabeza, hizo que callera instantáneamente, levante mi rostro del suelo, el estaba sobre mí, estaba perdido, con un trozo de vidrio pude defenderme y le hice un corte en su brazo. Me levanté, esa gula de violencia no cesaba, no calmaba, mire a Elizabeth, estaba en el suelo, respirando normalmente, ella me miro con sus ojos cristalizados y llenos de lágrimas y escupí sobre su rostro, el alcohol no ayudó en nada.

Me marchaba de aquel lugar, toque mi frente hirviendo y estaba llena de sangre, noté que el hijo de perra de John no despertaba, Dante comenzó a atenderlo mientras yo observaba la situación a lo lejos, estuve totalmente inmerso en la nada, quizás el shock de haberlo hecho, sin embargo sentí una sensación placentera al golpearlos, un desahogo.

Una patrulla atrás de mí con la sirena al tope alerta a toda la población haciéndolos salir de sus casas, un policía me toma y me lleva adentro.

Me sentía mal, comencé a vomitar, y me fui en blanco.

Sobre el piso de una celda otra vez, un policía me despertaba y me obligaba bruscamente a levantarme, este me dio una patada en el estomago, no pude responderle, me llevó por los pasillos de la comisaría y me presentó a todos con burla, mi chaqueta de cuero estaba con vomito, era un payaso para todos.

-Espera, yo me lo llevo-

Otro policía me tomo y me llevó al casino de la comisaría.

-Otra vez tú-

Lo miré, y para mi sorpresa, era el mismo policía que me interrogó, le dije.

-Déjame ir, podrás imaginarte que mierda pasó-

-Esa boca señor-

-Llena de vomito ¿Por qué?-

-Tú siempre tan insolente, pero me agradas, vete antes de que hagan más preguntas, yo me encargo, después de todo, son simples novatos y yo estoy en algo más serio, ¿recuerdas lo que dije la última vez que nos vimos?-

-Pues sí, lo recuerdo, no soy idiota-

-Si lo eres, así que aplica lo que te dije-

Me escolto hacia la salida.

Tomé el autobús, aquel camino se vio insignificante casi inexistente, era el juguete de investigación de un policía, quizás en que estaba metido también, era poco convencional su forma de hablar, era una mierda. Elizabeth y John me traicionaron, aquella imagen era un ciclo, todo volvía a revolverse, un tornado de mis neuronas, mi mente predominaba por la ira, era como otra crisis, sin embargo toda la rabia predominaba sobre cualquier sentimiento o emoción, el miedo era escaso, no estaba bien.

Caminando por el callejón de mí casa se escucha un grito atrás de mí.

-¡Chris!-

Lisette bajó de un taxi, y corrió hacia mí. Me abrazó, pero fui un idiota y solo el empuje y le dije que se largara.

-Chris por favor mírame-

-No quiero mirar a nadie, y ni siquiera a una tierna mentirosa como tú, confiaba en ti, y nunca me dijiste nada, me entere por otras lenguas de lo que nunca tuviste las agallas de decirme, eres una basura al igual que todos ellos, siempre lo serás, eres una estúpida, siempre lo serás, eres quien nunca será nada ni conseguirá nada e irónicamente siempre lo serás.

-Pero Chris...-

-Vete, no quiero hablar-

-Te quie...-

-¡Vete!-

Seguí mi camino, toque la puerta de mi casa y estaba cerrada con llave, al parecer mi madre no estaba ahí y con un alambre pude lograr entrar.

Estaba todo desordenado en la casa, parecía un robo, instantáneamente bote todas mis cosas y corrí a buscar a mi madre, estaba en el baño, ensangrentada, parecía muerta. Antes de que pudiera lanzar un grito voltee la cabeza y un fierro da contra mi cabeza, quien lo manipulaba me toma y me tira hacia afuera del baño, grité lo más fuerte que pude tratando de escapar, pero él me seguía golpeando. Al lograr ponerme de pie, tome una botella que estaba en mi mochila y golpee al tipo en el rostro, aquel infeliz, era él, mi padre, al darme el último golpe en la cabeza me empujo y este salió corriendo por la puerta.

Caí al suelo, y todo se volvió borroso, lentamente fui perdiendo conciencia, lo único que recuerdo fue que un momento después, Lisette llegó corriendo, sostuvo mi cabeza y marcó su teléfono. 

Psychopath.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora