Nova
«3 DE ENERO, 15:23H»
Aparentemente, un jersey de lana con cuello alto y una casaca polar, además de unas botas de nieve altas y pantalones gruesos no bastaban para cubrirme del frío que hacía hoy.
Aun así, algo me decía que este frío no duraría mucho hasta mañana. El hielo crujiendo y haciéndose agua bajo mis botas, lo confirmó.
—Ah, esto es demasiado —murmuré, mientras retrocedía y observaba mi nueva casa.
Aunque esta era mucho más lujosa y grande que la anterior, me incomodaba el hecho de que a partir de hoy dormiría allí dentro.
Gracias a la ubicación que Tay me había mandado hace una hora, pude constatar mi mayor sospecha de que formaría parte de la zona más privilegiada del sector superior: aquella donde los que poseían poderes demasiado fuertes como para ser dominados bajo amenaza, respiraban el mismo aire.
Lo que me llevó a concluir también que viviría cerca a ese sujeto.
—Sí, que maravilla —resoplé.
La jerarquía en Alpha, basada en el superpoder, no era justa. Conocía a gente buena del sector inferior que merecía ser tratada mejor que los preferidos del sector superior. Siendo mi hermano uno de los más reconocidos ahora, me hizo comprender que, de todos modos, no hacía falta ser peligroso para llegar a dicho rango.
No obstante, la cantidad de dinero que cada mes llegaba a sus manos, la suficiente como para poder comprar esta enorme casa grisácea con ventanales igual de grandes y un vasto jardín trasero, me traía en constante duda sobre si este ascenso en la escala social de Alpha había sido producto de buenas acciones a favor de La Entidad o por una simple corrupción del sistema.
Ese dinero empezó a llegar hace unos meses y Tay actuaba como si yo fuera una idiota que no se percataba de ello, burlándose de mis preguntas y haciéndose el tonto.
Tay no era solo un adolescente problemático cuando lo conocí. Dudaba mucho que actualmente siguiera siendo "solo" problemático. Tenía mis teorías con respecto al misterioso trabajo que ejercía cada cierto tiempo. Con él, podía ahorrarme la molestia de buscar más adjetivos que lo describieran, porque mi hermano era muchas cosas y varias de ellas habían estado la mayoría de veces relacionadas con lo opuesto a la ley. Incluso...
Clic.
El ligero sonido me sacó de mis pensamientos.
Como si hubiera provocado algo por accidente, me alejé de la puerta de cristal y esta se abrió sola lateralmente al tercer paso que di hacia atrás.
Antes, su transparencia había dejado a la vista la simple y medio vacía entrada habitada solamente por un sillón individual y una lámpara de esas largas a su derecha.
Un cuadro del cual no me había fijado debido a su ubicación dejó apreciar un paisaje, cuyo relleno, colorido y pintoresco, me atrajo de inmediato.
Sonreí. A Tay siempre le gustó y fascinó el arte. Era fan de las pinturas de Van Gogh, al igual que de otros artistas europeos, pero él era el favorito.
Repasé el borde del dibujo formando de vez cuando círculos, y moví mi dedo de un lado a otro trazando líneas y curvas. Volví a sonreír. Me resultó gracioso con tan solo imaginarlo. Estaba segura de que lo primero que había buscado en las cajas de mudanza había sido esta pintura y la había colocado alegre aquí como exhibición en honor al artista.
La noche estrellada.
Sin duda, era una linda bienvenida.
—Eh, cierra la boca, pareces boba. —Escuché y reaccioné ante la voz de mi hermano con un grito ahogado. No me había dado cuenta de mi embeleso.— No te hagas ilusiones, adentro está hecho un asco. Todavía no he abierto algunas cajas y tampoco ordenado lo básico.
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Duality
FanfictionNova Un 30 de diciembre me convertiría en la anfitriona del vigésimo primer cumpleaños de mi hermano. Esa noche, Tay se reencontraría con el causante de sus pesadillas: Krishan, y yo pasaría a ser una de las tantas víctimas de su poder. Nunca pensé...