¿Hyung? Hyung

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Krishan

«4 DE ENERO, 14:32H»

—Son 80 créditos, en total —concluí, extendiendo la mano hacia el sujeto de rasgos europeos.

Levantó la mirada, previamente inmersa en la chica rubia dormida en un sofá viejo, y se fijó en mi palma abierta.

—¿80 creditos? —repitió para sí mismo—. Dijo que eran 10.

Asentí.

—Por cada recuerdo olvidado. Me has pedido que borre su memoria desde ese acontecimiento. Borré lo necesario para acomodar los sucesos vividos posteriormente, o sea que además de la evocación principal, tuve que eliminar algunos derivados. Si no lo hacía, tu novia iba a volverse loca a los pocos días.

—Eso no me fue informado antes de...

Chisté.

—¿Vas a efectuar el pago o no? Vine aquí bajo riesgo —le hice saber y dudó.

La nuez de su garganta se removió en forma de ola y respondió, tartamudeando:

—N-No.

—Bien.

Déjamelo a mí, Kris. Hoy desperté con ganas de someter a alguien.

Te lo rebajo a 70, no más —le ofrecí—. Tienes que pagar.

—E-Es que no-no puedo. Es demasiado —Temblaba y yo sentía el miedo quemándolo por dentro.

Más que un simple hormigueo, parecían espinas pinchando debajo su piel. Traté de calmar esa sensación con un suspiro y su cuerpo enteró se tensó.

Por estas razones, dejé de hacer esto hace un tiempo.

La mayoría cedía ante el miedo. El temor hacia mi persona cuando yo solamente respiraba el mismo aire que ellos. No iba a hacerles daño, no como él, pero bueno, la gente oía lo que oía y hacía lo que hacía: temer al fuerte, si es posible evadirlo, y juzgarlo hasta el punto de creer cualquier cosa que los demás cuchichearan. Como, por ejemplo, que terminé provocando decapitacion a un imbecil que no aceptó pagar el servicio completo.

Tal vez se crearía otro rumor ahora que había vuelto a este trabajo informal luego de 2 años. Otros chisme estúpido como que maté a su gato o le obligué a ahorcarlo.

—¿Cuánto puedes dar? —Presioné el puente de mi nariz, impaciente.

—10. Por favor, es todo lo que puedo pagarte —Agitó sus manos tapando su rostro paniqueado de que entrara en su mente y le retorciera la conciencia.

No iba a ser recurrente soportar esta mierda.

Resoplé.

Fue de último recurso.

Esta vez, necesitaba créditos de verdad, no por mero aburrimiento. No tenía dinero y, aunque quisiera, no iba a conseguirlo a costa de otros como Noah o Yoonki. No después de cagarla en la fiesta de Tay.

Si el tipo no cedía a pagar los 70 créditos, ¿qué? Con 10 créditos sólo ganaba 100$ y ello no me alcanzaba para lo de esta noche.

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