Capitulo Uno: Vendido

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Suspiró llevándose una de sus manos heladas a la frente para quitarse algunos cabellos que se habían fugado de su coleta ahora ya casi desarmada.

Las noches en la oficina rodeado de papeles, lápices y su bendito ordenador era como pan de cada día. Nunca estaba atrasado con su trabajo, siempre llevaba todo al día y dudaba de que lo que estuviera haciendo ahora fuese honestamente algo que ya no había repasado más de dos veces el día anterior. Pero realmente nunca tenía algo mejor que hacer, el trabajo siempre era su mayor entretenimiento y tener una de las empresas más importantes del país lo hacía aún más emocionante, o al menos para él.

Sí, quizás era un compulsivo al trabajo pero ¿y qué? ¿Qué se suponía debía hacer? Ir a casa a llenarse de comida rápida y ver programas de televisión, que a su parecer son ridículos, no parecía una mejor opción.

— ¿Por qué no dejas eso? Ya es tarde y es tu cumpleaños Harry.

La voz de su mejor amigo le hizo levantar la cara de los papeles de su escritorio. Estaba mirándolo con escrutinio desde el marco de la puerta de su oficina.

—Porque es mi trabajo, Mark —Se encogió de hombros tratando de restarle importancia — Además, no tengo planes para hoy

Y no mentía.

Realmente no tenía planes, apenas si había dejado una lasaña congelada en la heladera que pretendía calentar al llegar a su casa. Oh, su estómago rugió de solo pensar en ese pedazo de pasta llena de salsa y queso; Harry amaba el queso en absolutamente todo.

Se replanteó si realmente era tan malo llegar a casa y cenar, entonces recordó que pasar su cumpleaños totalmente solo en su departamento era casi depresivo, así que se acomodó mejor en la silla reclinable y tomó otra pila de papeles.

—No tenías — replicó Mark —Vengo a decirte que iremos a Reno — Harry frunció el ceño y soltó una risa irónica mientras se llevaba un rizo que le caía en la frente hacia atrás.

—¿Reno? Eso está a seis horas. Estás loco — sacudió la cabeza en desaprobación y Mark se acercó tomando asiento delante de él.

Resoplaron casi al unísono.

—Iremos al bar de una amiga. La pasaremos bien, lo prometo — insistió poniendo ojos de cachorro.

El rizado rodó los ojos y se inclinó en su asiento posando las manos en la madera del escritorio.

—¿Un bar? Hay miles aquí — dijo obvio, pero Mark solo blanqueó los ojos — Además no me apetece, estoy cansado.

—No es un bar cualquiera. Este es especial Harry. Te daré tu regalo ahí — los ojos de Harry brillaron, apenas perceptible, al oír regalo —No te arrepentirás, lo juro.

—No sé, Mark. Son seis horas — movió sus manos con molestia — Seis jodidas horas, mi culo va a desaparecer en el asiento del auto — exageró lloriqueando con gracia.

La verdad era que no pretendía salir de noche, abordar un viaje largo y menos para ir a un bar común y corriente. Mucho menos sabiendo los peculiares gustos excéntricos de su amigo y colega.

—¡Como si tuvieras uno! — bromeó obteniendo un golpe en el brazo— Vamos Harry, toma un descanso una noche — puso sus manos en modo de rezo.

Harry resopló, esperaba que al menos valiera la pena.

—Bien — se limitó a contestar.

Mark dio palmaditas y sonrió satisfecho.

[...]

En menos de una hora ya estaba en su departamento siendo consumido por el silencio. Uno abrumador que le hacía doler las sienes. Y no lo mal interpreten, a él no le molestaba realmente la soledad en sí, pero el silencio era un asunto aparte. Porque si no había un sonido que perturbara la tranquilidad del lugar, su mente empezaba a hilar ideas, recuerdos... Y eso nunca era nada bueno.

MEJOR POSTOR [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora