Temblaba como una hoja de papel, parado en el pasillo en el que le indicaron debía esperar a su comprador. No tenía permitido mirar hacia la barra de apuestas, por lo que no sabía qué tanto dinero alguien podría haber pagado por alguien tan insignificante como él.
Suspiró tratando de tranquilizarse abrazándose a sí mismo, con la bolsita en la que guardaba su documento, y pellizcándose los brazos para asegurarse de que no estaba en ningún ridículo sueño; su vida era una auténtica pesadilla y no había manera de despertarse.
Estaba totalmente asustado y ansioso por saber quién había sido el jodido hombre que lo iba a sacar de ahí, de esa escabrosa y casi horrorosa comodidad a la que se había mal acostumbrado. ¿Acaso tenía un problema mental? Por que desear quedarse ahí encerrado debía ser una verdadera enfermedad.
Unos pasos cada vez más cercanos resonaron el piso de mármol enviando un latigazo eléctrico a su espina dorsal. Estaba seguro de que por su frente ya corría alguna que otra gota de sudor, pero no era capaz de moverse para quitarlas.
Había querido mirar a su apostador en el público, pero no podía ver nada debido a que las luces solo alumbran el escenario. Temía que el hombre parado frente a él fuese un hombre mayor; unos de esos que prácticamente te violan con la mirada, y luego quieren que beses sus estómagos gordos y peludos; aunque con lindos zapatos; pensó mientras se centraba en ellos como si fuesen lo más interesantes del mundo.
—Hola — mencionó una voz ronca. Louis se encogió en sí mismo mordiéndose el labio inferior —¿Hace mucho me esperas?—
Con la ansiedad atiborrando en su interior, cerró los ojos unos momentos y llenó aire a sus pulmones. Levantó la vista lentamente, demasiado lento en realidad. Juró, en su mente, haberse atragantado con la sustancia acuosa que inunda su boca al ver al sujeto.
—H-hola — susurró con la voz atrapada — No, a-acabo de llegar
No podía explicarlo, o bueno sí pero justo ahora no encontraba las palabras correctas para describir al efebo griego que se encontraba frente a él. Su pelo, su ropa, su rostro, sus ojos... Maldita sea, no podía negar que era un hombre atractivo, pero eso no borraba el hecho de que literalmente había pagado para llevárselo, era casi un criminal ¿no?
—Soy Harry Styles — el ojiverde le tendió la mano a modo de saludo — Tu eres Louis ¿no?
Louis no respondió ni tampoco le devolvió el gesto. Seguía mirándolo atónito como si estuviera hipnotizado por el rizado. Aquel sólo sonrió con picardía por la reacción del menor y se aclaró la garganta para traerlo de nuevo a la realidad. Las mejillas del ojiazul se encendieron de inmediato y bajó la vista hasta la grande mano de Harry, acercando la de él para conocer el calor de la piel del rizado.
Harry tenía el rostro pulcro, completamente libre de cualquier tipo de bello facial. Sus afilados pómulos complementaban perfectamente las finas líneas de su mentón. Y los rosáceos labios armonizaban con el verde de sus ojos.
Era todo un Adonis, pero aun así Louis no podía evitar sentir el miedo recorrer su cuerpo. Nadie que estuviera en un lugar como ese era de fiar, ya sea como cliente o mercancía. Nadie con una reputación considerable compraría a una persona para su propia diversión y morbo.—Vamos, tengo que ir a casa temprano. ¿Hay algún lugar aquí donde debamos estar? Tú dime — preguntó casi sin interés mirando su caro reloj de muñeca.
Louis frunció el ceño confundido.
—Se supone que me compró, debe llevarme dónde usted quiera — Harry levantó la mirada hasta él con estupor.
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MEJOR POSTOR [Larry Stylinson]
Fanfiction-Harry tienes que elegir a una de las chicas, ya casi termina y no has apostado por ninguna. -Ninguna me gusta Mark. ¿Entiendes?- Dijo cansado de escuchar la voz de su amigo, el cual rodó los ojos al saber que su amigo era un terco.- Elegiré a la qu...