Capítulo 8. Reunión de pueblos y Drey.

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-¡Denle la bienvenida al pueblo el Sol! -Los aplausos se escucharon más fuertes.

Notaron que portaban una nueva capa. La capa larga y pesada era color anaranjado con un sol grande dibujado en medio de estrellas alrededor dando un toque hermoso, cuando estaba en movimiento se notaba el color amarillo por dentro de la capa. Alrededor de unos sesenta representarían al pueblo el Sol y se fueron a formar haciendo reverencia hasta su lugar, "Ángelo" señor de la ley del pueblo el Sol fue al escenario.

-No puedo creerlo Ángelo, dentro de cuatro años asegúrate de viajar una semana antes -Ángelo se rasco la nuca y se acercó con una sonrisa avergonzada.

-Lo haré Jordán -abrazo a todos, cuando llego a Osiel se asombró, pero también lo abrazo con mucha energía. Osiel agradeció seria incómodo si lo hubiera ignorado. De todos los señores de la ley Ángelo era el más joven por lo tanto el más energético y animado.

-¿Entonces empezamos?

-No deberías bromear así García. Falta el pueblo el Mar -al nómbralos Noel, tres rápidos autobuses se veían a lo lejos.

-¡¿Cómo pueden llegar siempre tarde?! ¡Su pueblo está más cerca de aquí! -El comentario de Ángelo hizo reír a todos.

Los autobuses se estacionaron haciendo más ruido de lo normal. Todos se levantaron cuando vieron que del primer autobús bajo uno de los cinco señores de la ley del pueblo el Mar, "César".

-Les pido que con mucho respeto reciban ¡Al pueblo el Mar! -Gonro exclamó y se escucharon los aplausos.

Una capa larga con capucha negra en el interior destacando el azul eléctrico de fácil movimiento portaban los cincuenta representantes del pueblo el Mar y César. Junto con el señor de la ley bajaron los novatos a mayor llamando la atención pues entre ellos había más damas cuando en los años pasados hubo más solo como mayores enfermeras. Lo que más impresiono fue la belleza de las novatas. Los mayores bajaron de los demás autobuses con otros pocos novatos varones. Todos se fueron a formar a excepción de César que se fue con los otros señores de la ley saludándolos eufórico.

-¿Eres representante del pueblo la princesa de Luz? -Osiel asintió y lo saludo respetuoso-. Bienvenido muchacho. Trabajemos juntos -le sonrió amable César.

-Vaya. Hay más mujeres, te felicito César -Gonro se sintió honrado que César haya tomado sus palabras de darle más oportunidades a las damas para ser mayor.

-Son once mujeres novatas a mayor. Lo mejor es que ellas son muy poderosas.

-Y hermosas. Mira como tienen a los jóvenes -rieron a carcajadas recordando que en sus tiempos ellos también eran así.

Antonio Nicolás trató de ver porque tanto alboroto con los del pueblo el Mar, siempre eran varones y para su gusto muy feos.

-¿Qué pasa? ¿Por qué el alboroto? -Le pregunto a Rafael quién estaba sentado a su lado.

-Es por el pueblo el Mar. Tal vez las jovencitas loquitas por casarse están buscando una presa entre los novatos del pueblo el Mar -Antonio Nicolás rio. Pero no creía que fuera eso, la mayoría que tenían puesta la mirada en los representantes del pueblo el Mar eran varones. Hubiera agradecido si todos estuvieran sentados y quietos para saber de qué se trataba.

-¡Cristián! ¡Perry! ¡Ángel! ¡Por acá! -Los nombrados sonrieron agradecidos mientras que detrás de ellos había jovencitas tratando de saludarlos.

-¿Dónde estaban? -Ángel hablo serio y frío. Pero sus amigos sabían que sólo era timidez.

-Buscando asientos hasta atrás. Para no ser vistos -respondió siendo obvio Rafael.

Obligados a CasarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora