Jaula Dorada

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LOKI

La mesa fue instalada en la terraza del segundo piso de la gran casa. La habían instalado mientras estabas hablando con Sigyn y aparentemente había sido el primer trabajo decente que estos mortales habían logrado. No era como si esperara mucho de su parte para ser honesto.

Sigyn apareció minutos más tarde cuando aún no había enviado por ella aun pensando que necesitaría un guía cuando solo tenía que dar una mirada a su alrededor para encontrarme. Se había puesto un vestido sencillo de color azul que si lo hubiera usado en Asgard no habría destacado de ninguna manera exceptuando que con este dejaba ver sus rodillas, su cabello lo dejó suelto y los zapatos que había elegido le daban unos cuantos centímetros más.

-Un gusto ver que decidiera acompañarme, bien podría haberme rechazado. –le dije mientras me acercaba con las manos en la espalda y trató de ocultar la sonrisa en sus labios cuando le ofrecí mi brazo galantemente. Tampoco lo rechazó.

Le ofrecí ayuda para sentarse y la acompañé inmediatamente sin que protestara de ningún modo mientras observaba el lugar, los bosques y el cielo.

-¿Dónde estamos? –preguntó sin dejar su escrutinio y no pude evitar reírme.

-Es adorable que creas que te diré dónde estás.

-Sé que estoy en la isla de Gotland. –respondió cuando se volvió a mí y mi risa paró. –Lo que quiero saber es... ¿Qué es este lugar exactamente?

-Una simple casa de campo, Sigyn. Eso es todo.

Era la verdad. No iba a tolerar estar mucho tiempo rodeado de todos aquellos humanos en la construcción y tampoco iba a dejar a Sigyn merodeando por allí.

-¿Para mantenerme aparte de lo que estés planeando? –preguntó dando en el blanco, casi como si hubiera leído lo que estaba pensando.

-Para tener la menor cantidad de molestias mientras estoy contigo.

-Porque tienes preguntas. –dijo acomodándose en su asiento con las manos sobre su regazo. No parecía convencida.

-¿Qué le parece si nos prometemos honestidad?

-¿No es pedir demasiado de su parte? –contraatacó sin ocultar el sarcasmo.

-Al menos por este momento.

Pude ver la consideración que hubo ante mi propuesta aunque al final aceptó con un suave asentimiento que me hizo inclinarme hacia al frente pero ¿Qué preguntar primero? Necesitaba mantenerme calmado frente a ella y contener mi ansiedad así que decidí ir desde el principio.

-¿Qué hacías detrás de Odín en mi juicio?

-Yo estaba... Yo siempre trato de estar presente en las reuniones importantes. Esperaba que fuera mi imaginación el que me hayas descubierto. ¿Por qué no dijiste nada?

-Algunas veces es mejor guardarse las cosas para uno mismo. ¿Es necesario que estés en las reuniones?

-A veces veo mejor las cosas cuando estoy presente. –se encogió de hombros restándole importancia.

Parecía que nada de lo que debía hacer le molestaba... o tal vez nunca le han dicho que puede hacerlo.

-¿Por qué te entregaste?

-Porque la Victoria me lo dijo.

-Y siempre haces lo que la Victoria te dice.

-No siempre.

Victory BringerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora