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A la mayor parte de la clase el alma se le había devuelto al cuerpo cuando se les informó, dos semanas después de iniciadas las actividades aúlicas, que el profesor Dok había renunciado a las horas que tenía con ellos. Ahora estamos ocupados buscando a alguien que ocupe su lugar, les dijo la jefa del Departamento de Ciencias Sociales, Hange Zoe, mientras giraba desinteresadamente la cucharita metálica dentro de su taza de té.

Terminó el verano, e Historia Contemporánea fue olvidada como materia por la clase. En cambio, se convirtió en unos cómodos y necesarios ciento veinte minutos de descanso entre Literatura y Sociología.

Samstag LiebeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora